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Ken MacKenzie, 64 años, jubilado: "Me jubilé en Portugal; es como vivir en un hotel de cinco estrellas"

Después de superar muchos obstáculos burocráticos ha conseguido su ‘retiro dorado’ en este país.

Ken MacKenzie en una playa de portugal
Ken MacKenzie, 64 años, jubilado: "Me jubilé en Portugal; es como vivir en un hotel de cinco estrellas" |Ken MacKenzie - The Telegraph
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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Un hombre consigue jubilarse en Portugal tras enamorarse del lugar en una estancia vacacional y convierte las playas portuguesas en su paraíso perenne después de pasar muchas trabas burocráticas. “Mudarse de país es como mudarse de casa, pero mucho más extremo; además, está el tema de la jubilación”, declara este pensionista.

Ken MacKenzie, de 64 años, tenía una casa de vacaciones en Praia d'El Rey (Portugal), donde le encantaba desde siempre pasar mucho tiempo. Así que, tras jubilarse en 2021, se propuso convencer a su esposa Diane para irse a vivir a la península definitivamente. Para entonces su pareja ya había comprado un terreno al norte de Lisboa, en 2007. 

A pesar de que tuvieron que superar diferentes adversidades para poner en marcha su proyecto, debido a la crisis financiera, en 2011 ya tenían una villa de cinco habitaciones, con piscina y vistas al mar.

En las vacaciones escolares, la pareja solía pasar largas temporadas con sus cuatro hijos allí. MacKenzie volvía a Londres los lunes por la mañana para trabajar como socio en una firma de contabilidad y se reunía con su familia los jueves por la noche.

“Siempre tuve la idea de que podríamos vivir aquí en el futuro, pero hay que reconocer que las cosas van a ser diferentes”, comenta MacKenzie. “Uno renuncia a su rutina y a su contacto diario con amigos y familiares”.

Al final, en marzo de 2024, la familia dio el paso de convertir su casa de vacaciones en su residencia habitual. Un caso más de una pareja de habla inglesa que decide jubilarse en la península ibérica.

Cómo jubilarse en Portugal

Portugal lleva tiempo siendo uno de los destinos favoritos de los británicos que buscan una vida más tranquila. El clima es mucho mejor, el coste de vida más bajo y, hasta hace poco, conseguir la residencia era relativamente fácil. Además, existían ventajas fiscales muy atractivas. Se calcula que alrededor de 50.000 británicos expatriados viven allí actualmente.

Para mudarse, lo primero es pedir un visado de residencia y, una vez en el país, tramitar el permiso correspondiente. Según Gilda Pereira, de la agencia de migración Ei, este permiso suele durar dos años y se puede renovar por tres más. Tras cinco años residiendo legalmente, se puede solicitar la residencia permanente o incluso la ciudadanía, siempre que se demuestre tener ingresos y vivienda suficientes.

Desde el Brexit, los ciudadanos del Reino Unido pueden optar al llamado visado dorado, pensado para quienes invierten o compran propiedades en el país, aunque no exige vivir allí todo el año.

Pereira explica que el visado D7 es la opción más habitual entre los jubilados británicos. Está disponible para ciudadanos no pertenecientes a la UE que puedan demostrar medios económicos estables: 870 euros al mes para una persona o 1.305 euros para una pareja. Lo bueno es que no exige invertir dinero en el país.

Antes existía el régimen fiscal para residentes no habituales (NHR), que ofrecía importantes ventajas, como un impuesto reducido del 10% sobre las pensiones británicas. Ese programa terminó en 2024, aunque quienes ya estaban acogidos pueden seguir beneficiándose durante diez años.

Los MacKenzie se mudaron justo a tiempo. “Es atractivo que exista una ventaja fiscal, pero de todas formas nos habríamos mudado aquí”, asegura MacKenzie.

El NHR fue reemplazado por el sistema IFICI, que ya no ofrece ventajas fiscales sobre las pensiones. Aun así, Portugal sigue teniendo ventajas: no hay impuesto de sucesiones. En su lugar, se aplica un tipo fijo del 10 % sobre los bienes heredados, aunque los familiares directos (como el cónyuge, los hijos o los padres) están exentos.

Además, gracias a un convenio de doble imposición entre Reino Unido y Portugal, no se pagan impuestos dos veces por los mismos ingresos. Eso sí, conviene cobrar la pensión británica exenta de impuestos antes de establecer la residencia fiscal en Portugal, ya que allí no existe una exención similar.

Sanidad y calidad de vida

Toda persona empadronada en Portugal puede acceder al sistema nacional de salud. A diferencia del NHS británico, no es gratuito, pero los precios son bastante bajos: unos 5 euros por consulta y 15 euros por urgencias.

“Mucha gente elige Portugal por su clima, la amabilidad de sus habitantes y su estilo de vida saludable”, explica Pereira. “Sin embargo, la burocracia puede resultarles problemática. Solicitar visados y permisos puede ser complicado, por lo que conviene buscar un profesional que pueda ayudar con el trámite”.

MacKenzie añade: “Mudarse de país es como mudarse de casa, pero mucho más drástico. Y si además te estás jubilando al mismo tiempo, tienes que cambiar tu mentalidad de ahorrar a gastar. Puede ser un reto enorme”.

“Me encanta sentarme en la terraza y mirar las olas”

Para MacKenzie, jubilarse en Portugal ha sido justo lo que soñaba. Nada todos los días, usa la sauna, juega al golf, pasea a su perro Gizmo, monta en bici y va al gimnasio. La playa está a solo 250 metros.

“El clima es mucho mejor que en el Reino Unido y se disfruta mucho del aire libre. Me encanta sentarme en la terraza a contemplar las olas; el entorno es espectacular. Es como vivir en un hotel de cinco estrellas”, cuenta.

“Tener la casa de vacaciones lo ha facilitado todo. Creo que mudarnos sería muy difícil si no hubiéramos pasado tiempo aquí antes.”

Finanzas, pensión y consejos para quienes piensan mudarse

MacKenzie y su esposa se mudaron primero a una casa más pequeña en Tunbridge Wells, Reino Unido, antes de dar el paso definitivo. Ahora la alquilan para tener ingresos fijos, además de los que obtiene de sus inversiones y de su pensión privada.

Dentro de unos años, la pareja empezará a cobrar la pensión estatal completa. Portugal sigue siendo uno de los países donde los jubilados británicos pueden beneficiarse de los aumentos anuales de la prestación, gracias a la garantía de la triple protección del Reino Unido. Sin embargo, esta ventaja depende del país donde uno se jubile.

Para quienes estén pensando en mudarse al extranjero, MacKenzie recomienda informarse bien antes de hacerlo. “La Cámara de Comercio Portuguesa organiza una gira semestral por el Reino Unido, que resulta muy útil. Las redes sociales también pueden ser útiles, pero hay mucha información errónea circulando”, comenta.

También aconseja contar con ayuda profesional para los trámites más complicados. Ellos, por ejemplo, siguen trabajando con el mismo agente inmobiliario que gestionaba su casa de vacaciones cuando vivían en Reino Unido, y eso les ha resultado de gran ayuda.

“El portugués no es un idioma fácil, y no lo leemos ni lo hablamos con fluidez, así que contar con esa ayuda fue beneficioso. También puede ser un problema si no se siguen correctamente los pasos, por ejemplo, incorporarse al sistema tributario portugués al tiempo que se sale del Reino Unido puede ser complicado porque el año fiscal funciona de manera diferente”, explica MacKenzie.

En Portugal, el año fiscal coincide con el año natural (del 1 de enero al 31 de diciembre), mientras que en Reino Unido va del 6 de abril al 5 de abril. Por eso, puede haber un año en el que tengas que presentar la declaración en ambos países.

“Debes ser realista sobre lo que quieres asumir y dónde necesitas ayuda.”