A sus 69 años, Elvira disfruta de la jubilación tras haber trabajado buena parte de su vida entre España, Alemania e Inglaterra. Cobra “cerca de los 900” euros mensuales, una cantidad aunque “no” le guste, considera acorde a su trayectoria, marcada por largos periodos en el extranjero y solo 17 años cotizados en España. En una entrevista concedida a NoticiasTrabajo, reflexiona sobre las diferencias entre los sistemas de pensiones europeos y el modelo español, y sobre la necesidad de reforzar la justicia fiscal.
“En las declaraciones de la Renta no debería de haber dinero oculto y todo el mundo debería declarar en función de lo que gana, ni más ni menos”, explica al ser preguntada por su opinión acerca del actual sistema de pensiones. “Y dejar para la hucha de las pensiones un dinero y que esa caja esté siempre llena para los futuros jóvenes”, añade, defendiendo la importancia de un fondo sólido y transparente que garantice las prestaciones de las próximas generaciones.
La diferencia entre España y Europa
Tras haber vivido en distintos países, Elvira considera que España mantiene aún cierta distancia respecto a sus vecinos en materia fiscal y social: “España está cuatro o cinco puntos, mínimo, lejos de lo que pueda ser Alemania, Francia o Inglaterra”, asegura. En su opinión, en otros países europeos la alta carga de impuestos se compensa con servicios sociales y públicos sólidos: “En Alemania se llega a pagar hasta el 55% de tu salario”, explica, “pero tienes una residencia, una escuela pública, unas universidades públicas, unas autopistas increíbles”.
Su testimonio se vuelve más personal al recordar cómo ella y su marido gestionaban sus impuestos durante su etapa en Alemania. “Nos intercambiamos en un momento determinado las tablas y yo me quedé con el 55% y él un 48%”, relata. Se refiere a las tablas o clases fiscales del Impuesto sobre la Renta que existen en ese país, donde el porcentaje de retención varía según los ingresos y la situación familiar. “Yo era profesora, cobraba 2.000 euros y ganaba 900 de los 2.000”, explica, como ejemplo de la carga fiscal que soportaban entonces.
La jubilada también ha vivido en Perú, donde comprobó un modelo totalmente diferente. “Allí te devuelven los impuestos si te vas del país o si los quieres cobrar en forma de un monto total, pero no tienes pensión”, relata. “Me acuerdo de una mujer que tenía ayudándome en la casa y cobraba 100 dólares al mes de pensión. No sé si con 100 dólares se puede vivir”, concluye.
Elvira, que ha conocido de cerca distintas formas de entender el Estado del bienestar, insiste en la importancia de que cada ciudadano aporte lo que le corresponde y fortalecer la justicia fiscal para garantizar el futuro del sistema.

