El Consejo de Ministros ha aprobado este martes, 16 de septiembre, el real decreto que reconoce a los bomberos forestales coeficientes reductores de la edad de jubilación idénticos a los de los bomberos de administraciones públicas. En concreto un 0,20 por cada año trabajado, siempre que se acrediten al menos 15 años cotizados en la profesión.
Con ello, un profesional con la cotización mínima verá rebajada su edad de acceso a la pensión en tres años. La medida da cumplimiento a la Ley 5/2024, básica de bomberos forestales, y cierra el vacío reglamentario que impedía su aplicación práctica desde la entrada en vigor de la ley.
Podrán jubilarse a los 60 años o 59 si acreditan 35 años de cotización efectiva en la actividad
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, enmarcó el acuerdo en el refuerzo del reconocimiento a un colectivo sometido a trabajados “penosas, tóxicas, peligrosas o insalubres”. La reducción operará con los mismos topes que ya rigen para los bomberos urbanos desde 2008, es decir, que no se podrá acceder a la jubilación antes de los 60 años, o de los 59 si no se acreditan 35 o más años de cotización efectiva en la actividad. Además, el tiempo de reducción computará como cotizado a efectos del cálculo de la pensión.
El decreto fija que el Instituto Nacional de la Seguridad Social aplicará de oficio el coeficiente cuando el interesado solicite su pensión, previa acreditación del periodo trabajado. Para facilitar la gestión, la Tesorería ha difundido instrucciones a empresas y administraciones sobre identificación y cotización del colectivo.
Equiparado al resto de bomberos
El nuevo marco se inserta en la reforma procedimental aprobada en mayo, que estableció un cauce común para reconocer coeficientes reductores a actividades especialmente penosas o peligrosas. Ese Real Decreto 402/2025 reguló la tramitación de solicitudes, la evaluación técnica y la revisión periódica de los beneficios. La aprobación específica para los bomberos forestales se apoya ahora en esa vía y replica los parámetros ya existentes para otros cuerpos de bomberos.
Más allá del alivio inmediato para las carreras largas, la norma tiene implicaciones presupuestarias: como sucede con los bomberos desde 2008, la aplicación de coeficientes conlleva una cotización adicional destinada a preservar el equilibrio financiero del sistema. El detalle de esa sobrecotización se fijará en la normativa de desarrollo, como prevé el régimen vigente para el colectivo análogo.
El decreto llegar tras un verano donde, por desgracia el fuego ha sido protagonista y en paralelo a la estabilización laboral de las Brigadas de Refuerzo (BRIF) dependientes de la empresa pública Tragsa, cuyo convenio fue publicado recientemente. De esta forma el Gobierno da un paso y reivindica así un “cuerpo fuerte, estable y protegido”, en palabras de Saiz.

