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Dos de cada tres españoles están “preocupados” por la pensión que les quedará, pero no piensan en retrasar su edad de jubilación

El 62% prefiere jubilarse antes de los 67 años; entre las mujeres, el rechazo a subir la edad legal hasta los 70 llega al 90%.

Jubilados paseando
Jubilados paseando |EFE
Francisco Miralles
Fecha de actualización:
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Las continuas reformas de las pensiones han buscado hacer sostenible un sistema cada vez más tensionado y preguntarse la viabilidad de estas. Por eso, las reformas han ido buscando elevar la edad de jubilación hasta los 67 años, desincentivar las jubilaciones anticipadas o exigir más años cotizados para aquellos trabajadores que quieran optar al 100% de la pensión. Ahora, estas presiones no han sentado muy bien a los trabajadores y de este malestar se ha hecho eco Funcas, donde a través de una encuesta ha detectado un amplio malestar social ante la suficiencia futura de las pensiones y, al mismo tiempo, una fuerte resistencia a elevar la vida laboral.

La Encuesta Funcas 2025 sobre Pensiones y Educación Financiera, realizada entre el 1 y el 13 de septiembre a 1.200 personas de 18 a 75 años, muestra que al 67% le preocupa “mucho o bastante” que su prestación no alcance para “vivir sin aprietos”, es decir que uno de cada tres españoles. Además que seis de cada diez ocupados (62%) preferirían retirarse antes de los 67 años. A la vez, la idea de elevar gradualmente la edad legal hasta los 70 años ( que fue planteada en el cuestionario con el ejemplo de Dinamarca) cosecha un rechazo masivo o en otras palabras, que el 90% entre las encuestadas y 83% entre los encuestados.

Piensan que cobrarán menos pensión

La inquietud por la suficiencia se acompaña de expectativas pesimistas. Entre quienes muestran mayor preocupación, el 79% cree que “dentro de diez años” las pensiones serán más bajas que las actuales, es decir, que cobraremos menos pensión. El pesimismo aumenta entre los más jóvenes, ya que alcanza el 80% en el grupo de 18 a 30 años y entre las mujeres de 31 a 45. En cambio, entre los pensionistas crece la percepción de continuidad: un 31% confía en que “se podrán seguir cobrando pensiones como las actuales”, si bien también en este colectivo predominan quienes anticipan recortes.

La preferencia por retirarse pronto es nítida y muestra que tres de cada cuatro entrevistados que trabajan (76%) no desean prolongar su actividad más allá de la edad ordinaria; y la mayoría prefiere jubilarse entre los 61 y los 65 años. Aun así, hay que decir que hay diferencias por nivel educativo y cohorte. Entre quienes tienen estudios universitarios, un 15% de los hombres y un 8% de las mujeres sí trabajarían más allá de los 67. En la generación del ‘baby boom’ (48-66 años), que encara el retiro, lo harían el 9% de ellos y el 3% de ellas. Proyectando estas preferencias, Funcas estima que hasta medio millón de los 8,2 millones de “babyboomers” en activo podría plantearse prolongar la carrera laboral, cifra que crecería si se incluye a quienes contestan que seguirían “mientras puedan”.

Los pensionistas ven con buenos ojos la jubilación reversible

La compatibilidad entre pensión y empleo también obtiene cierto respaldo entre los ya retirados, pues casi tres de cada diez estarían a favor de volver a trabajar cobrando a la vez la pensión y un salario. Ahora, hay que decir que el El think tank recuerda que esa opción no depende solo de la voluntad de los trabajadores y sí de las disposición de las empresas que quieran contratar mano de obra por encima de los 67 años. Además, hay que decir que este dato llega en un momento en que recordemos la Seguridad Social esta negociando con los agentes sociales una reforma de la jubilación reversible para incentivar esa modalidad.

Más allá de las preferencias, la encuesta muestra un bajo nivel de conocimiento sobre el sistema. Solo uno de cada ocho adultos sabe cómo se financian las pensiones y sitúa con acierto el importe medio de la jubilación. La mitad de la muestra identifica correctamente que se pagan con cotizaciones sociales actuales (46%) o con cotizaciones e impuestos (3%), pero uno de cada seis cree que se costean con “las cotizaciones que pagaron los pensionistas cuando trabajaban” y uno de cada cuatro responde “impuestos generales”.

También se infravalora el nivel de la prestación media, pues dos tercios (66%) creen que la pensión de jubilación es menor que el Salario Mínimo Interprofesional de 2025 (que esta fijado en los 1.184 euros al mes), cuando en el momento del trabajo de campo la pensión media superaba ese umbral.

El diseño del sistema divide a la opinión pública entre la lógica contributiva y la redistributiva, ya que el 51% muestra su respaldo a que la prestación se ajuste a las cotizaciones a lo largo de la carrera, mientras que el 49% que prioriza garantizar un nivel de vida digno con independencia de lo aportado. La opción contributiva reúne más apoyos entre hombres, jóvenes y quienes siguen con mayor interés la información económica.

Tampoco hay consenso sobre el papel de la inmigración para hacer sostenible el sistema de pensiones, ya que el 48% considera que el futuro del sistema depende de ella, frente a un 46% en desacuerdo. Todo ello se enmarca en un contexto de envejecimiento poblacional y de presión financiera sobre la Seguridad Social que ha motivado reformas recientes y un debate abierto sobre cómo repartir costes y garantías entre generaciones.

La muestra se obtuvo mediante entrevistas telefónicas y abarca del 1 al 13 de septiembre de 2025. “En un contexto de tensiones geopolíticas, crisis climáticas y crecientes necesidades de gasto en seguridad y defensa (…) el debate sobre el futuro de las pensiones exige la participación activa de la ciudadanía”, sostiene Elisa Chuliá, investigadora de Funcas, al presentar el estudio.