Didier tiene 77 años y pertenece al grupo reducido de jubilados franceses con una pensión muy por encima de la media. Tras una carrera larga en un órgano jurídico dependiente del Ministerio de Justicia, este parisino recibe hoy 4.205 euros brutos mensuales. “Me jubilé a los 65 porque aún disfrutaba de mi oficio, pero sentí que debía dejar paso a gente más joven. Era el momento de transmitir”, explica.
La suya es una pensión que destaca en un panorama marcado por fuertes desigualdades. En 2025, las pensiones en Francia se situaba entre los 885 euros brutos al mes para los jubilados con ingresos más bajos y más de 4.000 euros para quienes cotizaron en los regímenes más favorables. El Observatorio de la Desigualdad señala que el 10% de los hogares con pensiones más altas acumula el 17% del total, una diferencia que se explica por la naturaleza del empleo, el nivel de responsabilidad y la caja de cotización a la que pertenece cada trabajador.
En el caso de Didier, sus cotizaciones se repartieron entre la Caja Nacional de Seguro de Vejez para las Profesiones Liberales y el fondo de pensiones complementarias de los funcionarios ministeriales. Ambos sistemas funcionan mediante puntos. Cada contribución se convierte en una cantidad de puntos valorados cada año en función del precio de adquisición y del valor del punto en curso. Un mecanismo que beneficia especialmente a las carreras estables y bien remuneradas dentro de la función pública.
Una vida profesional vinculada al Ministerio de Justicia
Didier estudió Derecho Privado y pronto se incorporó a un organismo jurídico ministerial para el que tuvo que prestar juramento oficial. Con el paso del tiempo ocupó un puesto clave en tareas de control, autenticación y gestión de actos administrativos y judiciales. “Era un trabajo discreto pero esencial. Había que ser meticuloso, muy riguroso y mantener una ética intachable”, recuerda.
Su salario en la última etapa de su carrera laboral estaba en los 5.900 euros brutos al mes, una cifra elevada que le ayudo a mejorar, y mucho, su futura pensión. “Gracias a ese sueldo pude formar un buen patrimonio inmobiliario. Tengo una casa en París y una segunda residencia en Sologne donde paso gran parte del tiempo con mi esposa”, cuenta.
Durante más de 30 años no tuvo parones, por lo que su carrera laboral se puede decir que fue lineal, sin periodos en el sector privado ni lagunas de cotización, un elemento que, según los organismos estadísticos franceses, marca la diferencia en las pensiones de larga duración. “Mi prioridad siempre fue mantenerme en un puesto que me apasionaba. No imaginaba trabajar en otra cosa”, afirma.
Aunque se retiró más tarde de lo habitual, Didier reconoce que el sistema ha cambiado y que las nuevas generaciones podrían no disfrutar de las mismas condiciones. “Nosotros cotizábamos en regímenes muy sólidos. Hoy las reglas evolucionan y entiendo que muchos jóvenes se sientan inseguros con lo que les espera”, comenta.
Pese a ello, vive esta etapa con serenidad. Su rutina transcurre entre la calma del campo y las visitas a París para ver a sus hijos y nietos. “He trabajado toda mi vida. Ahora toca disfrutar, leer sin prisa y cuidar del jardín. Son cosas sencillas, pero las valoro mucho”, confiesa con una sonrisa.
Cuánto gana un funcionario del Ministerio de Justicia en España
En España, los funcionarios que desempeñan funciones jurídicas dentro del Ministerio de Justicia perciben sueldos que dependen del cuerpo al que pertenezcan y de los complementos específicos. En términos generales, un funcionario del subgrupo A2 suele situarse entre 2.000 y 2.600 euros brutos mensuales, mientras que en el grupo A1 las retribuciones pueden oscilar entre 2.800 y más de 3.500 euros brutos.
Estas cuantías aumentan con los trienios, las pagas extraordinarias y los complementos como los de destino y productividad. Además, dentro del cuerpo ofrece la posibilidad de ascender por promoción internar, para lo que se reserva un cupo de plazas.
