El acceso a la vivienda es una de las mayores problemáticas que preocupan a la sociedad española actualmente, especialmente a los jóvenes, que cada vez tienen más difícil comprar o alquilar una vivienda. Los precios en el mercado inmobiliario no paran de crecer hasta tal punto que un premio gordo de la Lotería de Navidad apenas te da para comprar una casa en Madrid, mientras que hace más de un siglo permitían comprar múltiples viviendas en la capital.
Ya hasta un sorteo tan popular como la Lotería de Navidad, con la gran cantidad de buenos premios que reparte, ha perdido capacidad de generar riqueza real. A esto se ha querido referir Santiago Niño Becerra, economista y especialista en finanzas, que lo define claramente: “En euros actuales, el premio gordo facultaba para comprarse dos casas en Madrid. Dos casas en Madrid, sí. Pero es que la cosa mejoró, porque en 1920, con el premio gordo de la lotería, podían comprarse 24 casas. 24, ¿eh? Cuidado, siempre en euros constantes, en valor actual, ¿eh?”, explica. Ahora el mercado inmobiliario ha cambiado de tal manera que hasta los jubilados se ven obligados a veces a compartir piso.
Los premios van a la baja desde mediados del siglo XX
Niño Becerra contó que los premios de la lotería empezaron a perder fuerza a partir de los años 50 o 60. “Lo que sucedió, y la razón me la puedo imaginar, pero a ciencia abierta no la sé, a partir de 1950-60, los premios de la lotería, los premios gordos, básicamente empezaron a descender. ¿Por qué? Bueno, lo que yo supongo es que, evidentemente, se quiso reducir esos premios para tener más ganancias vendiendo los números, claro está”.
Hoy, un décimo del Gordo da unos 400.000 euros antes de impuestos, cantidad que ya no alcanza para comprarse una vivienda en las grandes capitales. Como dice el economista, “no te compras una casa ya. No, en algún sitio puede que sí. Pero el problema no es de la lotería, es de Madrid, de Bilbao, de Barcelona, de Sevilla, de tal, en fin”. En otras palabras, la inflación y los precios han hecho que el sorteo pierda gran parte de su poder adquisitivo.
El valor simbólico y social del sorteo
Aun así, Niño Becerra resalta que la Lotería de Navidad sigue teniendo algo especial.
“La lotería de Navidad tiene algo que, por las fechas, sirve para compartir con los amigos. Tiene alma. En el trabajo, en las empresas, se hacen números colectivos. Es decir, tiene algo que une”.
No es solo una cuestión de dinero, sino de tradición. Y en eso, España es única. “En Estados Unidos hay apuestas, pero no hay nada parecido a nuestra lotería de Navidad, mucho menos el de compartir un número entre familia. Es algo más individual”. Por eso, explica, si se vende todo, no tiene sentido tocar los premios: “Si se vende todo, ¿para qué vas a aumentar los premios?”.
Pesca, alimentación y sostenibilidad
El economista amplió su análisis a la industria alimentaria, especialmente la pesquera, donde la demanda no deja de crecer. “La demanda de pescado se ha disparado en el último siglo o en los últimos 50 años. En consecuencia, la única forma de cubrir esa demanda es, hace 50 años o menos, aumentar la explotación y más modernamente poniendo piscifactorías. Si lo que se quiere es reducir la pesca de pez salvaje, la única vía es reducir la producción”.
Niño Becerra también advirtió que esta situación tiene un efecto directo sobre las familias que viven del mar. “El gran problema derivado de esta situación es que va a haber un montón de familias que se van a quedar sin nada. Porque ya me diréis, un pescador que tiene 50 años y lleva 30 años pescando, ¿en qué se va a reciclar esta persona?”. Además, dejó claro que pensar en una producción totalmente local es una utopía: “Autosuficiencia alimentaria es prácticamente imposible. El cambio climático y la demanda de alimentos fuera de temporada, como cerezas de Chile en enero, muestran que la producción local no puede cubrir todas las necesidades”.
Lujo y precios para todos los gustos
En lo que se refiere a productos de lujo, Niño Becerra puso como ejemplo un jamón de 2006, madurado durante 19 años, que se ha llegado a vender por 80.000 euros. “Esto ha sido muy criticado desde el punto de vista ético, pero no me parece mal. Si alguien quiere pagar por su disfrute o para cerrar un negocio, está en su derecho”.
Según él, este tipo de productos exclusivos incluso pueden beneficiar al mercado general: “Creo que sí, ayuda. Todo el mundo puede entender que no será igual un jamón que pagues por él mil euros que por uno que pagues 80 mil”.
Vivienda: precios por las nubes
El mercado inmobiliario español sigue subiendo. Según el último informe de Tinsa, los precios aumentaron un 0,4% en agosto respecto a julio y ya acumulan una subida del 11,9% en el último año. Es decir, las viviendas cuestan casi un 9% más que la inflación.
Las grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, se han estabilizado ligeramente, pero las zonas de costa, las islas y los alrededores urbanos están empujando al alza. Además, los datos del Colegio de Registradores confirman que las operaciones no paran: en julio se vendieron más de 65.000 viviendas, un 14,3% más que el año anterior. En total, más de 123.000 inmuebles cambiaron de manos, con Aragón, Ceuta y Andalucía liderando los mayores aumentos.

