La entrada de frutas y hortalizas procedentes de Marruecos en el mercado europeo es una realidad cada vez más visible en los supermercados de toda España. Pero detrás de estos acuerdos comerciales entre la Unión Europea y el país magrebí, hay un debate que afecta directamente al campo español. Los agricultores denuncian que no pueden competir en igualdad de condiciones debido a las diferencias salariales y a la aplicación de normas medioambientales y sanitarias.
Ahora, la reciente modificación del acuerdo entre Bruselas y Marruecos ha reavivado las críticas del sector, que teme un impacto mayor en el futuro. En este sentido, la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (FEPEX), ha advertido de los “graves perjuicios” que está causando para el sector, y su consejero, José María Pozancos, ha reclamado a los eurodiputados que no ratifiquen la modificación del pacto aprobada en octubre, ya que incrementará los efectos negativos sobre el sector español, según recoge ‘La Voz de Almería’.
Diferencias salariales y de regulación
Así, el argumento central de FEPEX reside en la existencia de diferencias salariales, normas sanitarias y medioambientales que dificultan la competencia en igualdad de condiciones. Según los datos expuestos y que arroja el diario almeriense, el coste salarial mínimo en España es de 9,74 euros por hora trabajada, frente a los 0,98 euros que se pagan en Marruecos.
Una diferencia similar que puede observarse en otros Estados miembros de la Unión Europea, como en Italia (9,68 €/h) o Polonia (7,43 €/h), con respecto a Marruecos. Unas cifras que, según la organización, “supone una clara desventaja competitiva para los productores europeos”.
A este factor se suman las diferencias normativas en materia fitosanitaria y medioambiental. FEPEX denuncia que Marruecos utiliza productos prohibidos en la Unión Europea, “como el bromuro de metilo”, un insecticida y fungicida vetado en la UE desde 2005 por su impacto en la capa de ozono.
Impacto en el campo español
De esta manera, la federación recuerda que la entrada en vigor del Acuerdo en 2012, ha supuesto un fuerte aumento de las importaciones comunitarias de frutas y hortalizas procedentes de Marruecos, que han pasado de 831.338 toneladas en aquel año, a 1,4 millones en 2022, lo que supone un crecimiento del 71%.
De hecho, para FEPEX, la competencia desleal no solo afecta al sector del tomate, que ha dejado de ser el principal proveedor del mercado comunitario desde 2022, sino al conjunto de las frutas y hortalizas.
Por ello, la organización considera “trascendental” que el Parlamento Europeo rechace la ratificación de la última modificación del acuerdo, ya que la aprobación definitiva del texto podría agravar la situación de desventaja competitiva.

