Oír la palabra Hacienda o Agencia Tributaria siempre genera nerviosismo, ya que, el miedo a recibir una carta de Hacienda es compartido por autónomos, empresarios y también, trabajadores asalariados. Aun así, muchas de esas comprobaciones responden a criterios automáticos que poco tienen que ver con la sospecha personal. Así lo explica Juan Carlos Galindo, experto en prevención de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo, entrevistado en “ConPdePodcast”, espacio que ya cuenta con más de 471.000 seguidores.
Galindo es perito judicial en delincuencia económica, dirige su propia firma de inteligencia y prevención de delitos, además de haber escrito libros como Bitcoin: Amenaza u oportunidad, y Ciberestafas: la historia de nunca acabar. Desde su amplia experiencia, explica como funciona el mecanismo de Hacienda, su sistema de control y cuáles son las operaciones más vigiladas.
“Todo arranca con un algoritmo”
La primera idea que rompe con algunos mitos es que la mayoría de comprobaciones de Hacienda se inician sin intervención humana. “Las delegaciones territoriales cruzan tus datos con los que ya tiene Hacienda. Si no cuadran, te mando carta. Esto es automático, sobre todo en importes de 30.000 euros para abajo”, señala Galindo.
Es decir, el primer filtro es un sistema informático. Si hay discrepancias entre lo declarado y la información que la Administración recibe de bancos, empresas u organismos, el proceso se pone en marcha. En ese punto, entran ya en juego los técnicos e inspectores que pueden solicitar documentación adicional o citar al contribuyente.
Para Galindo, lo importante es ser consciente de que las deducciones mal justificadas, los ingresos ocultos o las propiedades sin declarar terminan apareciendo en el radar del sistema. “Las cenas, los trajes, el mobiliario de oficina... hay mucha controversia sobre qué puede deducirse. Pero si no está bien documentado, Hacienda lo cuestionará”, advierte.
Dónde mira Hacienda
Otro elemento clave son las campañas que la Agencia Tributaria diseña cada año. “Se hacen en sectores donde cree que puede haber fraude”, subraya el experto. En la actualidad, el foco está puesto en tres frentes principales que son la economía sumergida, las criptomonedas y el dinero en el exterior.
En el caso de los criptoactivos, Hacienda los trata como bienes, no como dinero. Los exchange que operan en España deben identificar a sus clientes, justificar el origen de los fondos y facilitar los movimientos cuando lo requiera la autoridad judicial o la propia Agencia Tributaria. “Ya no es tan fácil ni tan guay tener dinero sin control”, explica Galindo.
Cuando se trata de grandes contribuyentes (empresas con facturación superior a 1.000 millones de euros) entran en juego unidades específicas. Es ahí donde pueden aparecer denuncias internas o “chivatazos” que inician comprobaciones más profundas. Aun así, Galindo insiste en que la Hacienda pública no actúa por revanchas personales ni contra familiares de quienes se trasladan a países como Andorra o Portugal.
Lo que sí ocurre es que un cambio de residencia fiscal no borra de golpe las obligaciones previas. “Si alguien se traslada a Andorra pero sigue facturando en España, puede ser investigado hasta diez años atrás en caso de sociedades, o cuatro años más el curso fiscal si es persona física”, puntualiza.
Qué hacer para no levantar sospechas
Juan Carlos da algunas recomendaciones para no esta en le radar de Hacienda y reducir los riesgos, siendo los siguientes:
- Presentar la declaración de la Renta de forma coherente y correcta, de tal forma que los datos y la información cuadre con lo que tiene Hacienda.
- Justificar las deducciones, sobretodo si se declaran gastos de empresa, es imprescindible disponer de facturas y documentación clara.
- Si tenemos criptomonedas hay que regularizarlas, declarar su posesión y los beneficios obtenidos, con el objetivo de evitar problemas futuros.
- Tener en cuenta que la Agencia Tributaria tienes cuatro años para atrás para revisar , más el curso en curso, aunque en procedimientos judiciales los plazos se alargan.
- Evitar movimientos sospechosos en el extranjero, pues las transferencias o patrimonios fuera del país deben estar declarados para no activar alertas.
En definitiva, lo esencial es la transparencia. “La Hacienda española está para recaudar dinero y necesita comprobar que los impuestos se pagan. El debate sobre cómo se gasta ese dinero es otro, pero no hay escapatoria a la obligación de contribuir”, sostiene Galindo.
“Sin Hacienda la vida no sería la misma”
Más allá de la parte técnica, el experto introduce una reflexión social: “¿Alguna vez te has puesto enfermo y has ido al hospital? ¿Has estudiado en la universidad pública? ¿Caminas por calles asfaltadas con alumbrado? Todo eso existe porque hay impuestos”.
Aunque reconoce que el modelo impositivo español es mejorable y que existen casos de corrupción en el uso de los recursos, insiste en que el pago de impuestos es indispensable para sostener el Estado del bienestar. “La vida que conocemos no sería igual si no pagáramos impuestos. Otra cosa es qué se hace con ese dinero”.

