Para conocer el origen del término “salario” es necesario remontarse mucho tiempo atrás y es que, como muchas otras palabras que actualmente utilizamos, tienen su origen en la antigüedad y por un motivo en concreto, que a menudo no tienen nada que ver con lo que podamos imaginar.
Origen de la palabra salario
La palabra salario procede del latín “salarium” que significa sal. Antiguamente, si nos remontamos a la época del Imperio Romano, la forma en la que se pagaba a soldados y funcionarios públicos era con sal. Este producto por aquel entonces era altamente valorado y apreciado. Era conocido como el “oro blanco”.
El motivo por el que la sal tenía este alto valor es que no existían evidentemente ningún método para refrigerar los alimentos, y la sal debido a su poder deshidratante permitía perfectamente preservar los alimentos para que su consumo estuviera disponible durante un mayor periodo de tiempo.
Si tenemos en cuenta que las bacterias que provocan el mal estado de cualquier alimento necesitan la humedad para desarrollarse y madurar en ellos, la sal actúa retirando el contenido acuoso de los alimentos mediante el conocido proceso de la ósmosis y reduciendo así casi en su totalidad el factor conocido como “la actividad del agua”. Las bacterias no podrán reproducirse y actuar echando a perder la comida.
A parte de su función para conservar alimentos, la sal también tenía otros usos como ser antiséptico para las heridas y detener hemorragias.
En definitiva, una gran parte de la economía, negocios y tratos de aquella época se basaban en lo que conocemos como el trueque, y los paquetes de sal eran la moneda de cambio con la que poder obtener en el mercado comida, calzado, ropa o cualquier otra cosa necesaria.
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