La construcción en España se encuentra en una crisis en cuanto a búsqueda de personal. A pesar de que, según los datos de Eurostat nuestro país se encuentra a la cabeza de Europa con un aumento interanual del 31,4%, la realidad es que encontrar personal cualificado se ha convertido en una auténtica misión imposible. ¿El motivo? Los bajos salarios ante un trabajo muy sacrificado hacen que cada vez exista menos relevo generacional. Eso sin tener en cuenta de que la diferencia salarial entre categorías hacer mermar aún más el interés por esta profesión.
Cristian Lara es albañil y jefe en una empresa de construcción junto a su pareja Anabel y los mismos explican al podcast “Sector de Oficios” el problema de encontrar talento joven. Eso sumado a otros problemas “no visibles” dentro de la construcción como la brecha salarial o como esto alimenta la desmotivación de quienes tiran del carro.
¿Cuánto deberían de cobrar los albañiles?
Para Cristian, la poca diferencia salarial entre dos categorías hace desincentivar la responsabilidad. “No puedo permitir que un oficial de primera esté cobrando 1.700 euros y el peón cobre 1.500, casi 1.600; solo 100 euros de diferencia”. Ese margen mínimo, denuncia, “quema” al oficial responsable de sacar adelante la obra, coordinar a otros y responder ante el cliente. Para él, el reconocimiento tiene que ir acorde al oficio y al rendimiento real.
Para afrontar esta problemática y tener a sus trabajadores motivados, explica que el objetivo es que el salario de convenio “unos 1.800 euros limpios” no se quede ahí; con horas extra y complementos intentan empujar “hasta los 2.400 euros”. Aun así, recalca que “ahora mismo, un profesional que te alicate bien, que le expliques el trabajo y te lo deje hecho, debería estar cobrando 2.800 euros al mes”. El problema subraya, no es pagar más a quien lo vale, sino encontrarlo.
Falta de personal cualificado
Cristian admite que “a día de hoy es difícil encontrar un peón muy bueno… de los últimos diez, me queda uno”. La queja no es aleatoria y sí, por propia experiencia y habla de obras en hogares habitados, donde la confianza pesa tanto como la técnica. “Metemos gente en casa de familias; tienen que ser de fiar. No me sirve qquiénestá más con el móvil que con la llana”.
Por ese motivo explica que le obliga a combinar plantilla con trabajadores autónomos, donde admite “es más rentable” , ya quela facturación es más simple y sencillo y para no depender de si “alguien se retrasa, pilla caravana o no aparece”.
El problema para encontrar trabajadores no solo está en la escasez, sino también en las plataformas de empleo. “Con portales, fracaso; el boca a boca es lo que mejor va” explica, donde asegura que ha encontrado a los mejores trabajadores.
En cuando a elegir entre contratar trabajadores o autónomos, explica que mantener una plantilla sube los costes, ya que son horas eextra caras, cotizaciones, seguros, aunque también tiene su parte positiva, hay más control. “Me gusta coger un proyecto y no depender de si el autónomo puede venir”.
Para trabajos a metro, el autónomo encaja; para una reforma ‘llave en mano’, la empresa responde. Y ahí vuelve el principio: “No puedo permitir que el oficial cobre como el peón”. Si el oficio exige más, el salario también.
