El butano aprieta otro agujero más del cinturón para empresas y consumidores. Al reguero económico de recuperación de la pandemia del Covid-19 se le unieron costes históricos en la factura de la luz y recientemente de los combustibles, agravados por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, y ahora se le une el butano, que también se apunta a la moda de romper registrar el precio más caro de siempre en España.
La última revisión del precio de la bombona de butano realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alerta de otra subida. Concretamente, la novena consecutiva desde el pasado año, cuando entró en vigor el nuevo sistema de fijación de precios, y que dispara su coste a 18,63 euros.
Nunca había costado tanto comprar una bombona tradicional de butano, la de 12,5 kilogramos de carga, que en vacío pesa más de 9 kilos y que es la más comercializada en el mercado: 53 de los 68 millones que anualmente se venden en el país son de este tipo, cuyo panorama más cercano pinta claroscuro, según las previsiones del mismo organismo.
Una subida interanual de casi cinco euros
Esta novena escalada consecutiva de su precio no solo rompe su anterior récord de coste, establecido en 17,75 euros el pasado mes de enero, si no que supone un aumento prácticamente de cinco euros (un 33% más) respecto al mes de marzo de 2021, cuando se situaba cercana a los 13,96 euros, y del 54% desde que comenzara su fenómeno alcista en septiembre de 2020. Suponen 88 céntimos más por bombona que el último precio marcado en febrero.
Un incremento de 4,96% en tan solo un mes y que bordea el límite establecido del 5% para las variaciones permitidas en las revisiones del precio que se hacen cada dos meses, establecidas en el nuevo sistema de fijación de precios de la bombona de butano que se fijó en 2015. En un contexto donde las energías se disparan, el butano no iba a ser menos, y su futuro no resulta muy esperanzador. A menos, según las previsiones, que la guerra finalice pronto, y ayude a rebajar el precio de las materias primas energéticas y que ya pesan en el bolsillo de los consumidores.
¿Por qué no para de subir el butano?
Como subraya OCU, la mayor razón atiende a la subida del 14,3% de su cotización como materia prima. Aunque también influye que el euro se haya depreciado levemente respecto al dólar (-0,27%). La bajada del coste de los fletes (-9,9%), el coste a pagar por el desplazamiento de una carga en un medio de transporte, es el único motivo esperanzador que se apunta. Sin embargo, contrasta con el déficit de tarifa que se está volviendo a generar y que habrá que valorar en próximas revisiones pero que , se asegura, retrasará futuros descensos del precio del butano.
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