Nadia Calviño, la vicepresidenta y ministra de Economía, está a un paso de regresar a las instituciones europeas, marcando su regreso después de casi seis años de ausencia para abandonar el Gobierno. Pedro Sánchez la fichó desde la Dirección General de Presupuestos de la Comisión Europea. Ahora, cinco años después, se perfila como posible próxima presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), una institución clave en las finanzas de la Unión Europea con sede en Luxemburgo.
El posible ascenso de Calviño a la presidencia del BEI, sucediendo a Werner Hoyer, quien ha dirigido la institución durante un extenso período de 12 años, no solo representa un hito personal para la política española, sino que también establecería un precedente destacado para España en la esfera financiera y económica de la Unión Europea. Este eventual nombramiento podría fortalecer la posición del país en los altos círculos europeos y asegurar una presencia continua en instancias clave durante varios años.
La confirmación oficial de este nombramiento se espera con expectación para este viernes, cuando Vincent Van Peteghem, ministro de Finanzas belga, formalice ante sus homólogos la designación de Calviño como la candidata respaldada por la mayoría necesaria. Este respaldo debe constituir al menos el 68% del capital del BEI, un proceso que ha involucrado hábiles maniobras diplomáticas y alianzas estratégicas en el complejo paisaje político europeo.
Italia, la ‘amenaza’ para Calviño
Italia, aún respaldando a su candidato, Daniele Franco, se presenta como un desafío en este escenario, mientras que la danesa Margrete Vestager carece del respaldo sustancial de las grandes potencias. Sin embargo, informes indican que Van Peteghem ha logrado asegurar los votos cruciales de Alemania y Francia, según la confirmación del canciller Scholz durante la reciente cumbre de los socialistas europeos en Málaga. Este respaldo estratégico coloca a Calviño en una posición sólida para asumir la presidencia del BEI, consolidando así su papel como una líder europea influyente.
La anticipación en torno a este nombramiento se ha gestado a lo largo de los días, con ¡La Vanguardia¡ informando el miércoles por la tarde que Van Peteghem, encargado del proceso debido a la presidencia rotatoria de Bélgica en el comité de dirección del BEI, ha llegado a la conclusión de que Calviño es "la candidata con más apoyos". Este veredicto surge después de la implementación de un "procedimiento de silencio" la semana pasada, un enfoque que comunicó a los homólogos de Van Peteghem que Calviño sería la próxima presidenta a menos que hubiera una oposición significativa entre ellos para frenar el proceso.
Sánchez lo considera una “enorme pérdida”
En medio de este escenario, la figura de Calviño ha sido elogiada y reconocida incluso por el presidente, quien en una entrevista reciente en la Cadena SER expresó que su partida sería "una enorme pérdida en términos personales, no solo políticos". Después de cinco años en los que ha evolucionado de una eurócrata con un perfil técnico a una líder que ha ganado habilidades políticas significativas, la decisión de Calviño de regresar a las instituciones europeas marca un capítulo crucial en su carrera y en la representación de España en el ámbito europeo.
En términos económicos, su partida de Madrid, la economía más dinámica de Europa desde 2021, según la Comisión Europea, resalta su importancia en la gestión económica de España y subraya la relevancia de su participación en el Banco Europeo de Inversiones (BEI) en el contexto financiero europeo.
¿Qué es el Banco Europeo de Inversiones?
El BEI, establecido en 1958, desempeña un papel clave al financiar proyectos, principalmente de infraestructuras, en la Unión Europea, rara vez superando el 50% del costo total. Con un equipo de más de 4.000 empleados y un volumen de préstamos anual de alrededor de 60.000 millones de euros, el BEI tiene una posición financiera sólida, independiente del presupuesto de la UE. Su alta calificación crediticia le permite pedir prestado a tasas favorables y prestar en condiciones ventajosas.
Tras el Brexit, los Estados miembros realizaron contribuciones para compensar la salida del Reino Unido, destacando la importancia y solidez del BEI en el panorama financiero europeo. Además, el BEI supervisa el Fondo Europeo de Inversiones, dedicado al capital riesgo para respaldar a empresas, y el Instituto BEI, creado en 2012 para apoyar actividades sociales, culturales y académicas, ampliando así su influencia en diversos aspectos de la economía y el desarrollo en la Unión Europea.
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