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Cada año ganamos más, pero podemos comprar menos: los salarios españoles apenas han mejorado en 30 años

Los salarios reales en España llevan tres décadas prácticamente estancados

Una persona cuenta billetes de 50 euros
Cada año ganamos más, pero podemos comprar menos: los salarios españoles apenas han mejorado en 30 años |Freepik
Jorge Magdalani
Fecha de actualización:
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En las últimas tres décadas, España ha experimentado un preocupante estancamiento en los salarios reales, con un crecimiento acumulado de apenas el 2,76% entre 1995 y 2025. Este fenómeno, que contrasta con el aumento del coste de la vida y la productividad, supone un importante deterioro de las condiciones materiales de la clase trabajadora.

Según los datos de la OCDE, este se ve como el cuarto peor resultado de los 38 países que integran esta organización, en la que de media los sueldos han crecido un 30,8% en el mismo periodo, once veces más. Tan sólo México, Japón e Italia han experimentado una evolución peor que España. 

Mientras, en las dos economías más importantes de la UE los aumentos son mucho más relevantes: en Alemania han crecido un 24,1% en el periodo, y en Francia se ha repuntado un 28,4%. Portugal, con un avance del 21,2% o Grecia con el 22,5%, también nos superan.

España sufre un grave estancamiento del poder adquisitivo desde 1994, y la inflación sube más que los salarios

Esto tiene una traducción simple: en España los salarios crecen solamente un 2,76% desde 1994, alcanzando los 33.044 euros durante 2024, apenas 887 euros más que los 32.157 euros que ingresaban los trabajadores hace 30 años, calculados según el valor actualizado de la moneda. Un grave estancamiento del poder adquisitivo de los españoles, especialmente cuando se compara con nuestros vecinos europeos. 

La OCDE subraya que el estancamiento español es aún más preocupante si se observa la brecha creciente con la media. España sólo superó el promedio de la organización en los años 90' y brevemente tras la crisis financiera de 2008.

Además, la inflación sube más que los salarios y eso ni es nuevo ni tampoco una singularidad. Desde febrero de 1995 los precios han crecido un 86,4% según los cálculos del INE, prácticamente se ha doblado. Sin embargo, nuestro salario bruto en 12 pagas ha subido menos, un 52% de lo que percibíamos en aquella época, que traducido a la moneda actual ascendía a 1.376 euros, como informa Adecco.

La cesta de la compra y la energía son más caras, pero también lo es el ocio y la compra de vivienda y coche. El mejor momento de poder de compra, según Adecco, fue el año 2009, cuando los efectos de la gran recesión aún no se habían agudizado, pero desde entonces también han subido mucho los precios.

El estancamiento de la productividad, una de las causas

El estancamiento de la productividad es la gran asignatura pendiente de la economía española. El repunte salarial desde 1994 "es un crecimiento ridículo en 30 años", considera Javier Martínez, que explicó el caso en EsadeEcPol, Centro de Políticas Económicas de Esade. El experto coincide en que la causa más clara y evidente es "el estancamiento de la productividad, que lleva estancada desde la década de los 90’, pasando por la reestructuración salarial post crisis financiera, hasta la llegada de migración en edad de trabajar durante los últimos 10 años que cubren vacantes de empleos no cubiertas por nacionales, lo que podría provocar estancamiento en esa franja salarial”.

Aunque desde 2018 se ha subido el SMI más de un 50%, lo que han hecho esas subidas es “comprimir la distribución salarial”, dice Javier Martínez en Esade, quien alude también al aumento del tipo medio del IRPF y las cotizaciones sociales, así como al pequeño tamaño de las empresas.

Con este informe de la OCDE, se desprende que España ha retrocedido en poder adquisitivo, pero estudios como el de Adecco también señalan que nuestra casilla de salida está 27 años atrás. Durante todos estos años el bolsillo de los españoles se ha sobrepuesto al redondeo, a la crisis inmobiliaria y a la pandemia, pero el supermercado y la energía lo ha derribado, por el momento.

Claro que la evidencia de que nuestro poder adquisitivo apenas ha variado en estas tres décadas se aprecia también en muchos otros ámbitos: hijos que con 35 y 40 años aún siguen viviendo en casa de sus padres porque su sueldo no les da para independizarse; trabajadores que se ven obligados a pluriemplearse para llegar a fin de mes; o pequeños recortes que nos vemos obligados a hacer en los gastos domésticos, como prescindir o directamente eliminar de la cesta de la compra los productos a los que más ha golpeado la inflación.