Al fallecer un familia, los herederos deben de repartir la herencia y es en ese momento cuando salen las mayores disputas. Este es el caso de los padres de Jules y Félix (nombres ficticios) los cuales decidieron donar el vida a sus hijos para aprovechar las ventajas fiscales frente Hacienda. Cada hijo recibió un apartamento con un valor de 300.000 euros en aquel momento. Jules recibió un apartamento en París y Félix, una propiedad en las afueras de París.
Cada padre se benefició de una cuantía de 100.000 euros, lo que hacia una suma total de 200.000 euros en asignaciones por hijo, renovable cada 15 años. Los 100.000 euros restantes tributaban según los tramos impositivos, hasta un 20%. Por lo tanto, los hermanos tuvieron que pagar aproximadamente 17.000 euros a la Agencia Tributaria por esta donación.
Doce años después, su padre, el último miembro superviviente de la pareja, falleció. Tras esto y durante una reunión con el notario, los dos hermanos descubrieron que sus padres no habían elegido el método más adecuado para la donación. Vincent Coumans, asesor de gestión patrimonial en Vaneau y asesor de uno de los hermanos, explica que “en 12 años, los dos apartamentos no se han revalorizado de la misma manera”. Debido a esta diferencia en el valor del apartamento, el notario informó a Jules que debía a su hermano 50.000 euros.
Querían adelantar la herencia
“Cuando se han realizado varias donaciones simples en vida de los padres, se realiza un recálculo exhaustivo al momento de la herencia”, explica Frédéric Labour, notario de Sainte-Geneviève-des-Bois. “Procedemos como si los bienes donados siguieran formando parte del patrimonio de los padres, y luego reevaluamos todo. Si dos donaciones implican bienes que se han revalorizado con el tiempo, las proporciones ya no están equilibradas, pues debe restablecerse la igualdad entre los herederos. El heredero cuyo patrimonio se ha revalorizado debe pagar una compensación a su hermano o hermana. Lo que prevalece es la igualdad absoluta entre los hijos”.
Una redistribución de bienes puede crear dificultades para el heredero cuyo patrimonio ha aumentado significativamente de valor: “Si no dispone de suficientes activos líquidos, podría verse obligado a vender sus bienes para compensar a su coheredero”, advierte el notario. En el caso de Vincent Coumans, los hermanos recibieron suficientes activos líquidos para resolver el asunto rápidamente. “No hubo problemas entre ellos. Llegaron a un acuerdo y se realizará un pago de un hermano al otro utilizando la póliza de seguro de vida de su padre”.
Esta situación podría haberse evitado mediante un testamento que estipulara que los bienes donados no estarían sujetos a colación en la herencia. “Pero tenga cuidado”, advierte Elise Mabille, notaria de Pagny-sur-Moselle (54), “hay un límite. Si el valor del bien donado ha aumentado demasiado y excede la parte de la que se puede disponer libremente, denominada parte disponible, el exceso debe compensarse mediante una indemnización por reducción”.
Qué es una donación compartida y por qué evita estos problemas
La mejor manera para los padres de evitar esta situación es mediante una donación compartida. “En lugar de hacer dos donaciones simples por separado, deberían haber hecho una donación compartida que combinara ambos bienes a la vez”, explica Maître Labour. “Su característica distintiva es que se considera equilibrada y definitiva: en este caso, no se requieren cálculos adicionales al momento de la herencia”.
Los beneficiarios de una partición de donaciones son los herederos presuntos. Se convierten inmediata y definitivamente en propietarios de los bienes transferidos. Los bienes donados no están sujetos a colación (reincorporación a la herencia a efectos del impuesto de sucesiones): su valor se fija el día de la donación y no se revaloriza, incluso si alguno de los bienes aumenta significativamente con el tiempo.
Cabe destacar que, para que la partición de donaciones sea válida, los bienes donados deben tener el mismo valor en el momento de la donación. Si, como en el caso de Jules y Félix, dos apartamentos se revalorizan de forma muy distinta con los años, la ausencia de una donación compartida puede acabar, 12 años después, en una compensación de 50.000 euros entre hermanos.
