Ante la inflación, educación financiera. Pero, ¿qué significa el concepto de educación financiera? “Gaste menos de lo que gana. Si usted se encuentra en un bote que hace agua de forma crónica, la energía que dedique en cambiar el barco probablemente será más productiva que la energía que dedique a tapar los agujeros”. Decía Warren Buffet, considerado uno de los inversores más reputados e influyentes del mundo.
Una aproximación al emergente concepto de educación financiera, tan relevante como infravalorado para mantener una correcta salud económica y también financiera. Más en un contexto espinoso como el actual, con la inflación cifrada en el 10,8% según los últimos datos oficiales del INE.
¿En qué gastas el dinero? ¿Cómo estarás si sigues manteniendo el ritmo que llevas ahora? Son algunas de las preguntas que se debería formular todo hogar o persona que desee fortalecer sus finanzas. No solo a corto plazo, si no con vistas al futuro. A la mayoría de las personas no les gusta su trabajo o creen que deberían ganar más. A eso se suma la creciente automatización en algunos puestos de trabajo, amenazando incluso la jubilación.
La regla del 50/30/20 para combatir la inflación
Ante esta problemática, se recomienda disponer de un fondo de emergencias. O en caso de no tenerlo, ir construyéndolo. Esencial para problemas futuros, se recomienda que se tenga guardado de tres a seis meses del salario percibido. En otras palabras, un 20% de lo que se ingresa. Algo que aunque parezca difícil, puede conseguirse con paciencia y constancia, las dos características básicas.
De esta manera, se dispondrá en menos de dos años de un fondo sólido disponible para cualquier emergencia, que puede presentarse fortuitamente en forma de pérdida de empleo, siniestro del coche, robo en casa o gastos inesperados con hijos o familiares.
El Banco de España, en su último informe sobre el ahorro de 2021, cifró en casi la mitad de la población española los que no disponen de fondos de pensiones, un instrumento complementario de gran utilidad par disfrutar de una buena jubilación pero que, ya sea por desinterés, falta de dinero, o desconfianza, no posee el uso que debería.
Entonces, ¿cómo gestionar nuestra economía con vistas al futuro sin descuidar el presente? Primero, se debe realizar una planificación de todos los ingresos y gastos mensuales recurrentes, ya sean fijos o variables. Además, también hay que estar al día con todas las deudas. Limitarlas es cuestión clave. En este sentido, no se recomienda ni por asomo pedir un crédito para pagar otro. La pescadilla que se muerde la cola.
Para ello, se aplicará la regla del ahorro del 50/30/20, que consiste básicamente en diversificar los ingresos en porcentajes adecuados. Por ejemplo, si se ganaran 1.000 euros, el 50% debería ir a satisfacer las necesidades primarias, como renta, luz, agua, transporte o combustible y comida. El 30%, para gastos que pudieran llegar a ser prescindibles, como actividades de ocio o destinadas a aumentar la calidad de vida. Mientras que ese 20% restante iría a parar a la hucha.
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