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José Luis Díaz, formador financiero: "Si ganamos 30.000 euros al año, destinar 1.500 o 3.000 euros anuales a vacaciones es razonable”

El inversor explica por qué planificar las vacaciones como un gasto fijo puede evitar desastres económicos.

Un grupo de amigos de vacaciones
Un grupo de amigos de vacaciones |Envato
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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Las vacaciones son uno de los mayores incentivos de cualquier persona de clase media y trabajadores que durante todo todo el año tienen que acudir a su puesto sin rechistar esperando a que llegue el tan esperado descanso. Aunque tener unas semanas de vacaciones al año es algo que todo el mundo necesita, pocos las preparan económicamente o se planifican para ello.

El inversor profesional y fundador de la escuela Opciones Call y Put, José Luis Díaz, analiza esta problemática existente de multitud de familias y personas que después de tener unas buenas vacaciones necesitan incluso estar meses devolviendo préstamos que utilizaron para financiar ese descanso. “Planificar un presupuesto específico para vacaciones es fundamental en una buena gestión financiera personal”, afirma el experto en finanzas personales. para el medio Men's Health.

Las vacaciones no son un lujo, son una “necesidad mental”

Díaz lo tiene claro y considera que las vacaciones no pueden ser un lujo o algo extraordinario en nuestro calendario anual, sino que deben verse desde la perspectiva de que el cuerpo necesita un descanso mental y físico, por lo que es necesario integrarlas en el presupuesto anual de la misma forma que se incluyen gastos como la hipoteca, el alquiler o el seguro del coche.

“La razón está clara: las vacaciones no son un gasto opcional, son una necesidad para nuestro bienestar mental y físico. Si no las planificamos financieramente, corremos el riesgo de que se conviertan en un ‘agujero negro’; que aumente nuestro gasto y desestabilice todo nuestro presupuesto anual”.

Además, es la única forma de anticiparse a un gasto al que normalmente no estamos preparados, por lo apretada que funciona nuestra economía debido a la inflación y otros factores. Esto evitará llegar a endeudarnos para tener un descanso.

“Si ganas 30.000 euros al año, destinar 1.500 - 3.000 euros anuales a vacaciones es razonable”

“La clave está en tratarlas como un gasto fijo más. Cuando incluyes las vacaciones en tu planificación financiera anual, puedes distribuir el coste a lo largo de 12 meses, evitar el endeudamiento y disfrutar sin culpa porque ya tienes el dinero apartado y destinado a ese fin”, afirma el experto en opciones financieras.

A esto añade un ejemplo sencillo con el que poder organizarnos económicamente teniendo en cuenta el gasto de las vacaciones: “Mi recomendación es que dediques entre un 5-10 % de tus ingresos anuales a vacaciones, dependiendo de tus prioridades y situación financiera. Si ganas 30.000 euros al año, destinar 1.500-3.000 euros anuales a vacaciones es razonable”, explica.

3 de cada 10 personas piden préstamos para irse de vacaciones

Aunque parezca algo normal y cotidiano, los datos apuntan a que no se cumple en muchos casos: según Díaz, 3 de cada 10 personas que se van de vacaciones en España lo hacen pidiendo préstamos personales con una media de 6.000 euros que tardan entre 12 y 18 meses en devolver. Un precio demasiado alto por unas semanas de descanso.

Con este contexto, algunas estrategias de autofinanciarse como “prestarse” dinero a uno mismo con la promesa de devolverlo más adelante, no parecen tan extrañas. Pero tampoco funcionan. “No lo recomiendo en absoluto. Esta estrategia es una trampa mental que puede crear hábitos financieros muy peligrosos”, alerta. “Rompes la disciplina del ahorro, creas una deuda contigo mismo que es la más fácil de perdonar y estableces un precedente muy peligroso. Si lo haces una vez ‘porque son vacaciones’, ¿qué te impide hacerlo para una cena cara, un capricho o cualquier otra cosa?”.

La solución: dedicar un 10 o 15% del sueldo mensual a una cuenta separada

¿Y qué propone entonces como alternativa realista? Un sistema que elimina la fuerza de voluntad de la ecuación y convierte el ahorro en algo automático. Su herramienta favorita es el principio del “págate a ti mismo primero”. “En cuanto cobres, que se transfiera automáticamente un 10-15 % a una cuenta separada de difícil acceso. El truco está en usar porcentajes, no cantidades fijas, así siempre ahorras proporcionalmente a lo que ingresas”.

Con este modus operando no solo será posible ahorrar sin esfuerzo, sino que se podrá disminuir el estrés financiero. “Ahorrar debe ser como respirar financieramente, no algo que haces ‘cuando sobra dinero’, sino algo que haces para vivir tranquilo y tener libertad de decisión”, afirma. “La diferencia entre quienes ahorran y quienes no lo hacen está en los sistemas de ahorro, no en la fuerza de voluntad. Los que dependen de recordar ahorrar cada mes siempre fallan. Sin embargo, los que lo automatizan lo acaban consiguiendo”.