Parece más propio de una época pasada, pero el oro es fuente de riqueza a nivel mundial actualmente y no solo de eso, también de poder y estabilidad. Lo fue para nuestros ancestros y lo sigue siendo, el oro es uno de los activos económicos que mejor conserva su valor en situaciones de incertidumbre económica (como la que vivimos actualmente).
Es por eso que ahora, con una actualidad marcada por los conflictos bélicos y la guerra comercial impulsada por los aranceles de Trump, el oro se convierte en una de las opciones más seguras para los inversores y colectivos de poder. En un contexto económico caracterizado por la volatilidad de los mercados, el oro ha demostrado ser un valor seguro que, además de subir su precio con el tiempo, es la mejor alternativa para preservar poder adquisitivo.

Gustavo Martínez, asesor financiero y gestor patrimonial, lo tiene claro: si llegara una guerra el activo comercial que subiría sería el oro. Para él este material preciado tiene un papel muy importante en el mundo de las finanzas y lo explica en el pódcast ‘Tengo un Plan’, con una conversación sobre educación financiera que pone al oro en la cúspide de las inversiones.
En una guerra lo que sube es el oro
Este especialista en mercados financieros pone varios ejemplos para ver como el oro siempre mantiene su valor. Uno de ellos es el de los bienes inmuebles, comparando el valor del euro con el del oro con el paso de los años. “Una vivienda, en el año 2000, necesitabas unos 11 kilos de oro para comprarte una vivienda de 100 metros cuadrados en España. Ahora mismo, necesitarías unos 4 kilos de oro”, explica, haciendo alusión a la pérdida de valor del euro en comparación con el oro.
Por otra parte, Martínez explica que el oro siempre mantiene su valor para las personas porque actúa como refugio seguro en momento de incertidumbre económica, como puede ser una crisis o una guerra. “No solo te protege contra cualquier incertidumbre monetaria, si hay una guerra mundial, lo que va a subir es el oro”. Un ejemplo claro y reciente ha sido el conflicto entre Irán e Israel, dónde en pocas horas el oro subió rápidamente entre 1-1,7% y más adelante, una vez anunciada la posible tregua, el precio se corrigió. Esto es un reflejo de que el oro es el activo más preciado en momentos de crisis económica y geopolítica, con un precio que siempre fluctúa hacia arriba cuando se desata cualquier conflicto, ya que los inversores lo utilizan como refugio.
España tiene una escasa educación financiera
Eso sí, a pesar de que el oro es uno de los activos más fiables para conservar valor, muchos españoles no lo saben o no lo tienen en cuenta, ya que, como avisa Martínez, en España sigue existiendo una escasa educación financiera. Sin embargo, considera que el contexto económico actual, marcado por la inflación, está llevando a muchas personas a interesarse más por cómo proteger su dinero y reflexionar sobre el valor del ahorro.
El experto en finanzas personales admite que, incluso teniendo un buen patrimonio y acceso a productos financieros, mucha gente no los aprovecha por falta de visión a largo plazo. En su trayectoria ha visto varios casos de futbolistas al borde de la ruina por gestionar mal su dinero. “Los futbolistas en general, los deportistas de élite tienen muy mala educación financiera, agravada por el hecho de que no valoran el dinero ni el patrimonio porque tienen muchísimo”, señala. “Conozco a futbolistas que han perdido muchísimo dinero porque son un blanco fácil… Tienen millones de euros parados que se lo está devorando la inflación”, detalla.
Y no es algo aislado: un reportaje de Sports Illustrated de 2009 apunta que, pese a los salarios altísimos de la NBA, alrededor del 60% de los jugadores acaban en bancarrota o con serios problemas financieros en los cinco años posteriores a su retirada.
Las causas se repiten: poca educación financiera, gasto descontrolado y la obsesión por sostener un nivel de vida por encima de lo razonable. La moraleja es clara: tener mucho dinero no garantiza un buen futuro ni estabilidad si no se cuenta con formación y herramientas para administrarlo pensando a largo plazo.
Martínez insiste en que no basta con guardar para una casa u otro activo: hay que hacerlo con cabeza y responsabilidad, mirando también a la jubilación, que quizá no funcione en el futuro tal y como la entendemos hoy. “Cenar en un restaurante con tu pareja es una inversión en un momento dado porque te hace más feliz, pero pensar en ‘me gasto todo porque no sé si me voy a morir mañana’, es una filosofía completamente errónea porque primero, no sabes cuánto tiempo vas a vivir y el resto de los días lo pasarías en la pobreza”, explica.

