La incidencia del cáncer infantil continúa alcanzando a unos 400.000 niños y adolescentes de entre 0 y 19 años en todo el mundo. A pesar de los grandes avances de la ciencia y la medicina en los últimos tiempos, acelerados por las nuevas tecnologías y tratamientos, que han permitido destapar las causas y atajarlas con nuevos y efectivos tratamientos, el cáncer en la edad pediátrica continúa siendo el gran enigma por resolver.
Por ello, y para concienciar a la población y brindar apoyo a los que sufren sus consecuencias directa o indirectamente, todos los 15 de febrero se celebra el Día Internacional contra el Cáncer Infantil. Un proceso de crecimiento y diseminación incontrolado de células en cualquier parte del cuerpo de niños o adolescentes y que puede dar lugar a diversas tumoraciones o enfermedades, con efectos perturbadores en su diagnóstico.
Sean cual sean los motivos, la batalla contra este tipo de cáncer se ha quedado atrás respecto al cáncer en edad adulta. Sin embargo, para tratar de ofrecer soluciones a esto, en 2022 se pondrá en marcha el Pediatric Cancer Center de Barcelona (PCCB), un nuevo centro oncológico que pretende convertirse en líder en la investigación y el tratamiento del cáncer infantil. Una respuesta ante las muchas cuestiones que formula esta enfermedad.
¿Cuáles son los tipos de cáncer infantil más frecuentes?
Existen más de cien enfermedades generadas por el cáncer. Sin embargo, las leucemias, los cánceres cerebrales, los linfomas y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms, son los más frecuentes. Este último, un cáncer de riñón poco frecuente que afecta principalmente a niños y niñas.
¿Qué tratamientos hay contra el cáncer infantil?
Los tratamientos habituales son la quimioterapia, la cirugía y/o la radioterapia. Como tratamiento farmacológico, por ejemplo, se suelen prescribir medicamentos genéricos de bajo costo que figuran en la Lista Modelo OMS de Medicamentos Pediátricos Esenciales. Cuando un niño acaba un tratamiento se le debe hacer un seguimiento permanente para detectar recidivas y posibles efectos tóxicos del tratamiento a largo plazo.
¿Qué esperanza de vida hay para el cáncer infantil?
Como evidencian las estadísticas, el cáncer sí entiende de clases sociales. En los países desarrollados, allá donde hay más recursos para el diagnóstico precoz y el tratamiento, más del 80% de los pacientes de esta edad consiguen curarse. Sin embargo, ese porcentaje desciende entre el 15% y el 45% en países con menos recursos. Además, aquellos con enfermedad metastásica o en una fase de recaída muestran tasas de supervivencia muy reducidas.
¿Cuáles son las causas del cáncer infantil?
En la mayoría de los casos sus causas son desconocidas. Aunque en el 10% de los casos son provocados por mutación hereditaria genética que suele transmitirse de padres a hijos. Hay que estar predispuesto genéticamente y ser detectado precozmente.
¿Qué diferencias hay entre cáncer infantil y adulto?
Fundamentalmente, el cáncer en general está causado por mutaciones de genes que desencadenan crecimientos celulares anormales y descontrolados y que suelen ser los efectos acumulados del envejecimiento o exposiciones a sustancias reactivas procancerígenas. Por ello, es difícil explicar los motivos del cáncer en edades pediátricas.
Pero además de su rareza en esta edad tan temprana, sus causas y tratamientos, se encuentran también las diferentes consecuencias. Los niños que reciben tratamiento requieren de atención minuciosa el resto de sus vidas. Por no hablar de las psicológicas, en la que su diagnóstico alcanza a toda una unidad familiar.
¿Por qué se invierte menos en la lucha contra el cáncer infantil que en el adulto?
Este es uno de los grandes interrogantes: ¿Por qué se destinan más recursos para hacer frente al cáncer en edad adulta cuando es una de las principales causas de mortalidad en la niñez y la adolescencia? Se podría pensar que una de las posibles causas es la agresividad del tratamiento. Muchos de ellos, por su alta toxicidad y las secuelas que dejan, son demasiado para ser ejecutados a tempranas edades.
Sin embargo, una de las posibles respuestas a esto es que se cura más en niños que en adultos. Según Carmen Garrido, oncóloga pediátrica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, los niños toleran "tratamientos más agresivos", ya que sus órganos "todavía no están dañados". Los pequeños aguantan tratamientos "que matarían a los adultos" y eso explica sus porcentajes de curación.
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