Los precios baratos de las casas prefabricadas son, sin lugar a duda, uno de los mayores reclamos del tipo de vivienda cuyas ventas se han disparado en España tras la pandemia. Concretamente, según datos de inHAUS, más de la mitad de los que dudaban en invertir en las también conocidas viviendas modulares o viviendas de fábrica o hacerlo en la casa tradicional prefieren ahora las primeras.
Un hecho no solo reforzado por el legado social y económico del covid si no por el abanico de atractivos que presenta, con diseño y fabricación a medida y posterior instantáneo montaje. De hecho, algunas como B-Home aseguran hacerlo en tres meses. Esos materiales, concretamente su tipo y la calidad de los mismos, además del proceso de instalación así como el lugar del mismo determinará el precio.
Pero, ¿es cierto que son más baratas que las viviendas tradicionales? Responde Fernando Agudo, director general de Atlántida Homes: “Algunas personas tienen la idea de que las casas modulares o prefabricadas son más baratas que las tradicionales, pero no es así. Lo que va a marcar el precio es la calidad de la construcción, que no tiene por qué guardar correlación directa con el sistema utilizado”.
Modelos de casas prefabricadas: móviles, fijas, hormigón, acero, IVA…
El boom de este sector inmobiliario ha sido tal que la oferta, respondiendo a la demanda, ha subido como la espuma. De contar un catálogo limitado hace dos o tres años, a uno con multitud de páginas. El comprador ahora tiene donde elegir según múltiples posibilidades: precios, tipos y utilidades. Aunque el filtro lo marcará, según el portal inmobiliario Housage, la instalación y el material.
Según tipo de instalación:
Casas prefabricadas móviles: como indica su nombre, no necesitan fijarse al terreno, teniendo la ventaja de poder trasladarse a cualquier lugar, además de su precio, más barato que las fijas. Vienen totalmente preparadas de fábrica para entrar a vivir. De molde similar a las típicas caravanas de cámping, pero varios escalones superiores en cuanto a rango. Suelen ser pequeñas, en torno a los 30 m2. No necesitan licencia y están gravadas por un 21% de IVA:
Casas prefabricadas fijas: como se deben anclar al suelo, están necesitadas de cimientos. Por tanto, el proceso de instalación no acaba en la fábrica, si no que finaliza en el terreno elegido, variando según el tipo del mismo, el número de módulos o los materiales seleccionados de antemano. Este tipo cuenta con un 10% de IVA sobre su valor final pero necesita licencia municipal y proyecto de obra.
Tipos de materiales
Hormigón: Bloques independientes de este tipo de material preparados en fábrica y que posteriormente son unidos y fijados al en el terreno. Permite configurar múltiples diseños. Sus pros: durabilidad y hermeticidad.
Acero: Menos pesado que el hormigón, lo que facilita su transporte, restando costes al proceso en cadena de fabricación y montaje, pero a pesar de ello sin perder resistencia. Eso si, menos aislante. También permite versatilidad a la hora de configurar un diseño que puede incidir más en la estética.
Madera: el material vintage. Si pensamos en casas prefabricadas la imagen icónica es la de la cabaña. Ya no solo por esto, aunque pareciera el material más endeble o menos fiable, su capacidad de aislamiento natural y sostenibilidad hacen las delicias de cualquiera. Todo ello sin contar su toque diferencial. La elección de los más ecologistas.
¿Cuánto cuesta una casa prefabricada?
“Las casas, independientemente de su sistema constructivo, tienen un precio dependiendo de la calidad y de las terminaciones. Una de las ventajas de la construcción industrializada es el tiempo de ejecución, en donde la construcción tradicional no tiene nada que hacer, ya que, con la construcción industrializada, al estandarizar procesos y fabricar en un entorno controlado en donde existen muchas menos variables, se consiguen unos plazos muy inferiores a los de la tradicional con el consiguiente ahorro en costes indirectos”, explica Agudo.
Así, la empresa Atlántida Homes estima en 1.000 euros el precio del m2 en una casa prefabricada estándar. De ser más barato, insta a dudar tanto de la calidad de los materiales como la efectividad en el montaje e instalación de los mismos. En esa estimación también aclaran que se deben constatar aspectos como el proyecto arquitectónico, levantamiento topográfico, estudio geotécnico o el seguro.
Sin embargo, el abanico de precios va desde los miles hasta los millones de euros, según multitud de factores, como los ya explicados del tipo de material o montaje a otros como los acabados finales o extras. De esta manera podemos encontrar modelos como los de Bauhaus, desde 12.499 euros, o desde 15.000 las ‘casas containers’, así como otros en el rango de los 20.000 como las Eurocasas Campero Guadalquivir desde 25.000 euros, la Frame House (27.900 euros), la Norges Hus 87, desde 28.000 euros o las de Eurocasa (23.847 euros).
En categorías más superiores podemos encontrar las Onarc de la matriz de empresas de Juan Roig (desde los 39.000 euros) o las de B-HOME, desde los 49.000 euros. Intermedio, desde 40.000 euros, se encuentra una de las viviendas prefabricadas más solicitadas: la Tiny House de Ikea, desde los 40.000 euros. Si buscamos más calidad, los 110.000 euros de Hüga aparecen en el rango medio-superior. Pero todavía a un abismo de otras como las de Modular Home, consideradas de lujo con un precio a partir de dos millones de euros.
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