Una pareja de inquilinos ha sido desalojada por la justicia por tener la casa “muy sucia”

Pese a pagar el alquiler puntualmente, los inquilinos, un jubilado de 73 años, con una discapacidad del 80%, y su pareja, han sido desalojados el estado de suciedad y abandono de la casa.

Una habitación sucia y desordenada |Envato
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Vivir de alquiler supone para los inquilinos ciertas obligaciones, como pagar la renta a tiempo, pero esta no es la única, y no cumplir con ellas puede suponer en algunos casos el desalojo de la vivienda. Y así ha sido para una pareja francesa, compuesta por un jubilado de 73 años, con una discapacidad del 80%, y su pareja, médica en una residencia cercana, que han sido obligados a desalojar la vivienda que tenían alquilada por tenerla muy sucia. 

Según la información publicada en medios franceses como ‘Figaro Inmobilier’ o ‘La Manche’, la pareja llevaba viviendo de alquiler en la casa desde el año 2014, y pagaban puntualmente cada mes una renta de 520 euros 

El motivo del desalojo no fue, como suele ser habitual, el impago del alquiler o una okupación ilegal, si no el estado de suciedad y abandono en el que se encontraba la vivienda.

La justicia desaloja a los inquilinos por la falta de mantenimiento de la vivienda alquilada

Según la ley francesa, los inquilinos están obligados a mantener la vivienda en buenas condiciones. Y aquí fue donde la pareja, según el tribunal, falló estrepitosamente. En 2023, el tribunal local de Avranches ratificó que la casa presentaba un deterioro claro y una “irrefutable falta de mantenimiento por parte de la pareja de inquilinos”.

El informe del alguacil fue incluso más explícito. Según el documento, era “una casa muy sucia con conexiones eléctricas peligrosas, una maraña de cables en el salón, radiadores dañados”. Pero eso no es todo, también añadió que había un agujero en el techo de la cocina y que se almacenaban de forma desordenada bidones de 20 litros de combustible.

La propia pareja admitió que habían pasado años viviendo “sin calefacción central, porque la caldera estaba rota, ni agua caliente” que no habían reparado pese a tener ingresos regulares para poder hacer frente a esos gastos. 

Ante esta situación, la justicia fue clara, y rescindió el contrato de arrendamiento “por incumplimiento de las obligaciones de alquiler por parte de los inquilinos”. 

El desalojo se hizo efectivo, pese a que la pareja había pedido al juez de ejecución un plazo extra para poder encontrar otra solución, pero ambos se vieron obligados a salir de la casa y tuvieron que dormir en el coche, ya que se les había denegado la posibilidad de acceder a un alojamiento de emergencia.

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