Un hombre de 30 años ha sido condenado a nueve meses de prisión en los Pirineos Atlánticos, en Francia, tras conducir bajo los efectos del alcohol. Según la sentencia dictada el 9 de septiembre de 2024 por el Tribunal Penal de Pau (al suroeste de Francia), el acusado, un trabajador municipal, consumió unos 12 litros de cerveza antes de ponerse al volante, cuando fue detenido por un equipo de agentes de la Gendarmería Nacional francesa (Gendarmerie nationale en francés). Tras practicarle la prueba de alcoholemia, el acusado superaba con creces la tasa de alcohol permitida, pero declaró ante el tribunal que “no se sentía borracho”.
El incidente ocurrió el 7 de septiembre de 2024 cuando, tras despertarse por la tarde, decidió conducir. Agentes de policía que patrullaban en bicicleta lo detuvieron debido a su velocidad excesiva. Tras someterlo a una prueba de alcoholemia, se detectó un nivel de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro (en España, el límite está en 0,5 g/l), superando con creces el límite permitido.
El tribunal tuvo en cuenta los antecedentes penales del acusado, que incluían seis infracciones previas por delitos contra la seguridad del tráfico, entre ellas delitos relacionados con la conducción bajo los efectos de las drogas. Además, los jueces tomaron en cuenta la conducta del acusado, ya que durante la intervención policial se mostró agresivo con los agentes, incluso durante su detención, motivo por el cual se le aplicó una agravante.
Debido a los hechos, el tribunal dictó en la sentencia, además de los 9 meses de cárcel, la prohibición de conducir durante seis meses, debido al historial de antecedentes penales por este tipo de hecho delictivo, además de la agresión verbal hacia un policía durante su detención, sin mostrar indulgencia ante sus explicaciones, según informa el medio francés Ouest-France.
El peligro de conducir bajo los efectos del alcohol
El problema de ser sancionado mientras conduces no es la multa sino las graves consecuencias de conducir bajos los efectos del alcohol. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), de cada 100 accidentes mortales entre el 30% y 50% están relacionados con el alcohol. De hecho, la DGT explica que cada año 1.500 personas mueren en accidentes de tráfico relacionados con el alcohol y otras 50.000 resultan heridas.
Desde la DGT explican en el informe publicado (se puede consultar en este enlace) que “cuando se consume alcohol y se conduce tener un accidente es solo cuestión de tiempo; cuantas más veces se hace, mayor será la probabilidad”.
Ante esta situación, el Ministerio del Interior, liderado por el ministro Fernando Grande-Marlaska, planea reformar la normativa vial, reduciendo a la mitad el límite permitido de alcohol en sangre para todos los conductores, pasando de 0,5 g/l a 0,2 g/l. Aunque inicialmente se consideró aplicar este cambio solo a conductores noveles, se optó por extenderlo a todos los titulares de una licencia de conducir.
Aunque lo ideal sería la tolerancia cero esto no es posible, ya que la presencia mínima de alcohol en algunos alimentos cocinados con licor harían que cualquier persona pudiera dar positivo si los consumiera. El objetivo de la reforma es aumentar la seguridad vial, dado que muchos accidentes fatales son causados por conductores ebrios.
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