Muchas personas, especialmente los jóvenes, deciden probar suerte en el extranjero. Ya sea para conseguir un mejor empleo y, con él, un mejor estilo de vida, o para aprender un nuevo idioma. Jesús Sánchez es uno de los que decidió dar el paso y, durante un tiempo, estuvo viviendo en Holanda. En esa etapa, se hizo bastante viral un vídeo en el que mostraba el piso donde vivía en alquiler, y las “cosas más raras” que este albergaba.
“Después de un mes buscando piso aquí en Holanda, por fin he encontrado un estudio más holandés imposible, que tiene unas cosas más raras que os la voy a enseñar”, comenzaba realatando para su cuente ‘@jesusansal’, explicando que en su bloque había hasta cinco estudios diferentes. “Mira qué moqueta. Esto es imperial, señor. Esto parece un palacete”, añadía en tono humor al tiempo que mostraba el recibidor del edificio.
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Acto seguido, ya mostraba su vivienda, donde destacaba poder contar con armario empotrado, un “saloncito muy apañado”, dos camas (una de ellas que usa como sofá, en frente de la televisión), un escritorio con su ordenador y material informático y, ahí viene la sorpresa, la cocina. Y es que la ubicación a partir de aquí es de lo más variopinta.
“Enfrente de los fuegos me han metido la ducha, señores”
Al entrar a la cocina, Jesús muestra la encimera, donde se preparaba sus “recetitas”, pero la sorpresa es lo que hay justo enfrente de los fogones: “enfrente de los fuegos me han metido la ducha, señores. Que aquí hago yo mis lentejitas, mi pan tostado por la mañana y claro, mientras me ducho, doy la vuelta al pan tostado para que no se me queme. Esto es eficiencia holandesa. Esta gente van a adelantar nuestro tiempo, señores”.
Pero eso no es todo y es que todavía quedan más sorpresas que descubrir. En la misma estancia, en mitad de la cocina, “me han colocado un lavabo”. Lo peor ya no es el hecho de tener el lavabo en mitad de la cocina, sino que “está a altura holandesa”. “Yo que soy más o menos bajito para vivir aquí en Holanda, me tengo que poner en un banquito para poder llegar al espejo y verme y afeitarme. Si no, no llegamos”, añade.
“Tengo que salir de mi casa para ir a orinar y defecar”
Como colofón, habiendo enseñado todo el piso completo, Jesús pregunta a su audiencia: “bueno, os estaréis preguntando que dónde hago yo mis necesidades y dónde está el váter. Pues esperarse porque tengo que salir de mi casa para ir a orinar y a defecar, señores”.
En concreto, al pasillo común del edificio, ya fuera de su estudio, y es que debía compartirlo con otra inquilina italiana de un estudio diferente del bloque. Tras enseñar su casa, lo más probable es que muchos se pregunten cuánto paga por vivir en el piso, desvelando Jesús que paga 845 euros con los gastos incluidos. “Una ganga, señores”, matiza, asegurando que “aquí en Holanda es lo más barato que se puede encontrar”.