La España vaciada es más evidente en los pequeños concellos y parroquias del norte de España. Concretamente en Galicia, donde hay varias que cuentan con sólo un vecino. Estos núcleos poblacionales, enmarcados en un entorno rural de montañas y gran vegetación, se convierten en un punto de encuentro familiar durante el verano. Pero, el resto del año, los residentes deben apañárselas acudiendo a oficios tradicionales como el lechero o el panadero, que les lleva sus productos a casa. Lo que se ha hecho desde siempre.
No hay tiendas, pero sobreviven las ocupaciones más antiguas: el lechero que lleva las botellas cada mañana o el panadero que realiza su recorrido a diario por los turbulentos caminos rurales. Como contraprestación, un paisaje que bien merece la pena. Casas de piedra, hórreos, muretes en los que se detienen los caminantes y peregrinos…
La provincia de Pontevedra, conocida por sus tradiciones centenarias, suma 61 municipios, y el de Dozón es el que menos vecinos tiene con 1.017, según datos del Instituto Gallego de Estadística (IGE).
Estos pueblos tienen sólo un habitante
Aproximadamente unos 50 pueblos de los llamados ‘parroquias’ tienen un vecino. Se trata de localidades antiguas y rurales. Pero muy apreciadas por los turistas que buscan otras realidades en el corazón de la España vaciada.
Como señala la revista ‘Viajar’, los que viven en estas condiciones suelen ser personas mayores, de unos 80 años aproximadamente. Problema este añadido porque en caso de necesitar algún producto del supermercado, por ejemplo, deberán recurrir a alguien que se lo traiga.
En los meses de verano, estos pequeños concellos vuelven a rebosar vida. Los que se han trasladado a trabajar o residir a las grandes ciudades, regresan buscando la tranquilidad de los pueblos. En muchos casos, han tenido que irse por la falta de trabajo.
Los municipios pontevedreses con menos vecinos
Hay varias localidades dentro de los concellos que cuentan con un censo muy escaso. Aunque se ha mencionado uno, el de Dozón, este tiene 8 parroquias, destacando As Maceiras como la que tiene menos residentes.
En esta zona, perdida en la naturaleza, hay montañas y espacios al aire libre que la hacen de las más deseadas por quienes van buscando desconectar del estrés y de la rutina. Destaca la iglesia de San Breixo, punto de encuentro vecinal y rodeada de robles.
Al igual que sucede en muchos puntos de la Galicia más profunda, se pueden apreciar construcciones como los muros del castro.
Las mismas condiciones presenta Rodeiro, que aunque tiene 2.260 habitantes (datos del INE de 2023) estos se reparten entre muchas parroquias como Álceme, Camba, Fafián o Vilela. Villarabid, por ejemplo, es otra de las aldeas que cuenta con sólo un habitante.
Aquellas personas que no quieren abandonar sus pequeñas localidades, deben buscar el modo de llevar un día a día de la mejor manera posible. Cuentan con la asistencia de panadero, lechero e incluso vecinos cercanos con vehículo que les echan una mano.
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