El yacimiento de petróleo en Soria transformaría un pueblo de la España vaciada

Un pequeño pueblo de Soria hizo soñar a toda una región por los descubrimiento de arenas bituminosas que auguraban un espectacular yacimiento de petróleo.

Yacimiento de petróleo en Soria Archivo
Isabel Gómez

Fuentetoba, un pequeño municipio de la provincia de Soria, se convirtió en el epicentro de una de las historias más curiosas y olvidadas de la exploración petrolífera en España. A pesar de los esfuerzos por aprovechar un yacimiento de petróleo con arenas bituminosas descubierto en el siglo XIX, la región nunca logró transformar sus recursos naturales en una fuente de riqueza duradera. Hoy, con menos de 400 habitantes y una economía centrada en la agricultura y el turismo rural, Fuentetoba sigue siendo un lugar marcado por lo que pudo haber sido.

¿Cuándo y cómo llegó a descubrirse este yacimiento de petróleo en Soria?

El hallazgo de arenas petrolíferas en Fuentetoba, a los pies del Pico Frentes, se remonta a mediados del siglo XIX. Estas arenas, ricas en betún, despertaron grandes expectativas. A la par que se comenzaban a utilizar materiales asfálticos para la pavimentación de las calles de Madrid, varios geólogos y empresarios se interesaron por la posible explotación comercial de estos recursos. El pueblo, que por entonces ya vivía de su entorno natural y su atractivo turístico, vio cómo la noticia de las areniscas asfálticas ofrecía una promesa de prosperidad.

Diversos informes, como el elaborado por la firma Thompson & Hunter en 1906, confirmaban el potencial de las areniscas bituminosas en la región, estimando la existencia de "enormes cantidades" de este material. A pesar de ello, la historia de la explotación minera de Fuentetoba se caracterizó por los intentos fallidos y las dificultades operativas, que finalmente llevaron al abandono de la actividad en la década de 1920.

Estas fueron las mayores dificultades para su explotación

La primera fase de la explotación minera comenzó en 1850, y varias compañías y equipos internacionales intentaron aprovechar los recursos. En 1906, el ingeniero belga Paul Legrand estudió las minas locales y sugirió que la región podría albergar una cuenca petrolífera de gran extensión. Sin embargo, los problemas logísticos, la falta de infraestructura y la escasa demanda de productos asfálticos en esa época hicieron que los proyectos no alcanzaran la rentabilidad esperada.

Uno de los momentos más destacados de este proceso fue la perforación en Quintana Redonda en 1907, que utilizó técnicas avanzadas para la época, pero que sufrió un fracaso técnico debido a dificultades con el equipo y la falta de materiales. A pesar de estos obstáculos, el interés por la zona se mantuvo, y en 1915, el Instituto Geológico de España (IGE) recomendó realizar nuevos sondeos para confirmar el potencial petrolífero del área.

Durante la Primera Guerra Mundial, el precio del petróleo aumentó considerablemente, lo que renovó el interés en las arenas bituminosas de Fuentetoba. Empresas como Petrol S.A. Española iniciaron una nueva fase de explotación, con la construcción de plantas de destilación y la perforación de nuevos pozos. A pesar de contar con tecnología avanzada para la época, los problemas estructurales en las minas y los accidentes laborales hicieron que la producción fuera muy limitada, y el proyecto se suspendió definitivamente en 1923.

¿Cuál fue la importancia del petróleo de Fuentetona a nivel mundial?

Aunque los intentos de explotación fracasaron, el caso de Fuentetoba cobra relevancia al poner de manifiesto las dificultades a las que se enfrentaba la industria petrolera en España en sus primeros pasos. En comparación con las enormes reservas de arenas bituminosas de Alberta, en Canadá, el yacimiento de Fuentetoba resultaba minúsculo. Las arenas bituminosas de Fuentetoba, que ocupan una extensión de unos 160 km², no pueden competir con las vastas reservas de la región canadiense, que son más de mil veces mayores en extensión y que hoy en día representan una parte fundamental de la producción de crudo mundial.

A pesar de ello, los expertos apuntan que la composición del material extraído en Fuentetoba era similar al de las arenas de Alberta, aunque la falta de infraestructuras y de un mercado adecuado impidieron su explotación comercial rentable. La extracción de estos hidrocarburos requiere procesos complejos y costosos, lo que en la época resultaba inviable para la pequeña industria española.

Tras varios intentos de perforación y exploración, el interés por Fuentetoba fue decreciendo a lo largo del siglo XX. A mediados del siglo, la compañía estatal Campsa llevó a cabo nuevas investigaciones en la zona, pero los resultados fueron insatisfactorios. En 1966, después de varios intentos fallidos y un análisis exhaustivo de la zona, Campsa abandonó su búsqueda de petróleo en Fuentetoba, reconociendo que la explotación no sería rentable.

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