El Gobierno y Tráfico quieren aumentar en casi 2.500 euros el impuesto de matriculación

El Gobierno y la DGT pretenden endurecer y aumentar los tramos fiscales. La sostenibilidad ambiental y el aumento de ingresos, los motivos.

Nuevo impuesto de matriculación
Javier Martín

La nueva ley de tráfico que entra en vigor el próximo 21 de marzo puede que no sea la única novedad para los conductores españoles. El impuesto de matriculación, el impuesto que se paga al adquirir un coche nuevo o usado que se matricule por primera vez en España en función de sus emisiones contaminantes, podría subir de los 333 euros actuales a los 2.796 euros en los supuestos más altos.
 
Así lo están barajando el Gobierno y la Dirección General de Tráfico (DGT) en base al Libro Blanco desarrollado por expertos que se está usando para la reforma del sistema tributario y que afirma que para los compradores pesa más la cuantía del impuesto de matriculación, que se paga una vez, que el impuesto de circulación, que se abona anualmente al Ayuntamiento, para acabar eligiendo un modelo más ecológico. Y que, por tanto, está menos gravado, ingresando menos el Gobierno.
 
Por ello pretende endurecer y aumentar los tramos fiscales de este gravamen de matriculación. Por el contrario, se ha descartado su eliminación o sustitución por otro tipo impositivo, así como su integración, por ejemplo, con el de circulación. Esta proposición también responde al aumento de los vehículos de gran tamaño y sus “mayores emisiones contaminantes, más uso de recursos materiales, más congestión, más accidentes...”, como afirma el texto.
 
“La evidencia empírica muestra que los impuestos sobre la adquisición de vehículos son más efectivos para dirigir las decisiones de compra de los consumidores que los impuestos anuales de circulación, debido tanto a su miopía (los consumidores tienden a dar mayor importancia a los costes y beneficios a corto plazo) como a la incertidumbre sobre los impuestos de circulación futuros. Por ello, este Comité no comparte las propuestas para su eliminación o integración con otras figuras tributarias”, concluye.

Objetivo: incentivar la compra de vehículos de bajas emisiones

Para apoyar la sostenibilidad ambiental, se proponen entonces varios supuestos, entre los que se encuentra aumentar el número de tramos y la cuantía a pagar según la cantidad de emisión de dióxido de carbono (CO2) por kilómetro. 

Modelo actual del impuesto de matriculación:

  • 120 g/km: exento
  • Entre 120 y 160 g/km: 4,75%.
  • Entre 160 y 200 gramos: 9,75%.
  • Más de 200 gramos: 14,75%.

Para favorecer la compra de modelos de menor peso, se establece un suplemento de 10 euros por kilogramo adicional (sobre un límite establecido).

Primera propuesta para el impuesto de circulación:

  • Menos de 127 g/km: exento de pago.
  • Entre 127 y 155 g/km: 5%.
  • Entre 152 y 175 g/km: 10%.
  • 175 g/km: 15%.

Segunda propuesta para el impuesto de circulación:

Mantiene el suplemento por peso adicional actual y contempla tramos más duros:

  • Menos de 55 g/km: exentos de pago.
  • Entre 55 y 127 g/km: 5%.
  • Entre 127 y 152 g/km: 10%.
  • Entre 152 y 175 g/km: 15%.
  • Más de 175 g/km: 20%.

Tercera propuesta para el impuesto de circulación:

Pretende sustituir el impuesto actual que tiene en cuenta el precio del vehículo, el denominado ‘ad valorem’, por uno como el que tiene vigente los Países Bajos y que se aplica sobre un estudio de las emisiones que se esperan de ese vehículo.

  • Entre 1 y 86 g/km: 0,33 euros.
  • Entre 86 y 111 g/km: 20 euros.
  • Entre 112 y 155 g/km: 44 euros.
  • Entre 156 y 172 g/km: 72 euros.
  • Más de 173 g/km: 144 euros.

El doble de ingresos para el Fisco

La primera propuesta de los expertos, la más liviana, supondría ya el doble de lo que recaudó por el impuesto de matriculación el pasado año la Agencia Tributaria. Una previsión de casi 862 millones de euros anuales, en comparación con los 468 millones de euros, según datos del Fisco. Que, por otro lado, supuso un 25% más respecto al año anterior.
 
La segunda propuesta, más dura, significaría casi cuadruplicar los últimos ingresos, con previsiones de cerca de 1.846 millones de euros anuales. La tercera, por su parte, quintuplicaría los ingresos, elevándolos hasta los 2.335 millones de euros.

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