Los aficionados a las compras de segunda mano pueden encontrar en estas tiendas tesoros ocultos. Ya sea por su valor económico, histórico o sentimental, muchas de estas piezas tienen historias dignas de contar, como la de una aficionada a la compra de objetos antiguos que compró un cuadro por 2 dólares (1,73 euros) en una de las tiendas del pueblo y encontró algo que le removió por dentro
Alexis Hadley, vecina de Bay Minette en Alabama, cuenta en el medio ‘Newsweek’ que por su afición a los artículos vintage, decidió entrar en una de la tienda del pueblo que pocas veces había visto abierta. Allí, entre montones de cuadros viejos, uno con una estampa militar con un caballero a caballo, le llamó la atención.
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Lo compró por 2 dólares, una verdadera ganga para llevarse a casa, pero lo mejor aún estaba por descubrir. Al darle la vuelta al cuadro, Hadley encontró una nota manuscrita. El mensaje decía literalmente:
Para Lewis Willis Bradford Tate, con cariño. No hay mayor honor ni mayor satisfacción que servir a esta gran nación como oficial. Lo llevas en la sangre y espero sinceramente que aproveches esa oportunidad. Con cariño, para siempre, Poppy.
A la búsqueda de Lewis Willis Bradford Tate
El hallazgo fue toda una sorpresa, tanto que no podía quitárselo de la cabeza, el nombre de Lewis Willis Bradford Tate resonaba en su cabeza, y estaba dispuesta a encontrarlo. “El nombre era único, así que busqué en Google y encontré a alguien con el mismo nombre, un autor de mi condado. Entré en Instagram y lo encontré de inmediato”.
Una vez localizado, la cosa no quedo ahí, y sin pensarlo demasiado le envió un mensaje directo a través de la red social:
“Hola, tengo una pregunta muy rara, pero encontré una foto en una tienda de segunda mano dirigida a Lewis Willis Bradford Tate. Estaba investigando y me encontré con tu cuenta de Instagram. ¿Tenías a alguien en tu vida que se llamara Poppy?”
La respuesta de Tate no tardó, Poppy era su abuelo, según él mismo explicó, “hubo una disputa sobre la herencia, y parte de ella se hizo pública”, por eso nunca había visto esa nota.
Al conocer la historia, y pese a haber tenido la suerte de encontrar el cuadro y haber pagado por él. Hadley, lo tuvo claro, “no me pareció bien quedármelo”, explicó.
Así que fue más allá y aprovechando que Tate organizaba una firma de libros en una librería local y fue a devolverle la lámina. “En cuanto entré en la librería y me vio con el cuadro, se levantó, se acercó, me abrazó y se lo di. Al principio, creo que pensó que solo la había traído para enseñársela, pero le dije: ‘Es tuyo; no puedo quedármelo, te pertenece’. Estaba muy emocionado y muy agradecido de que hubiera ido a dársela”.