El FMI pide a España reducir la deuda pública para no poner en peligro las pensiones

El Fondo Monetario Internacional (FMI) da otro toque de atención a España. Poco después de enfriar las optimistas previsiones de crecimiento económico trazadas por el Gobierno, el organismo ha solicitado que "asegure la sostenibilidad del sistema de pensiones". Todo ello tras haber aprobado una primera parte de la reforma que ya fue calificada por el FMI como ‘pan para hoy y hambre para mañana’ y estar en pleno desarrollo de la segunda. 

Pero la reprimenda del FMI ha sido doble. También ha solicitado al Ejecutivo que reduzca sus considerables niveles de deuda pública. Lo ha hecho, además, mediante la voz autorizada de su directora gerente, Kristalina Gueorgieva, valorando el informe sobre la economía española publicado del ‘Artículo IV’, que realiza el fondo en cada país de forma periódica.

"Los directores han hecho hincapié en que la política fiscal en España debe seguir apoyando a corto plazo a la economía y estar cada vez más enfocada en ayudar a los vulnerables. A medida que se asienta la recuperación, la deuda pública debe reducirse para construir un espacio fiscal que permita responder a shocks futuros", ha sido el mensaje del FMI.

Un plan fiscal “creíble” para reducir la deuda pública

Una deuda pública sobre la que también ha vertido su preocupación. Esta se mantendrá por encima del 115% del PIB, al menos, hasta 2027, el periodo que ha estudiado el informe. Esa estrecha cintura de maniobra que ha lastrado a España en plena crisis del coronavirus es la que pretende el FMI que no vuelve a suceder. ¿Cómo?, “reduciendo el pasivo”.

Para ello, propone que el Gobierno presente "un plan de consolidación fiscal creíble a corto plazo que ayude a construir el consenso social necesario y apoyar la confianza de los inversores”. Asimismo, “los directores destacaron también la importancia de asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones".

En esa segunda etapa de la reforma de las pensiones se está gestionando la forma más adecuada de abordar la modificación del sistema de autónomos, las cotizaciones de los becarios y la modificación del periodo de cómputo para calcular la pensión. Hay presión, ya que de su éxito dependen que sigan llegando las restantes partidas de los fondos ‘Next Generation’, vitales para la recuperación económica. 

España, a una marcha menos que la eurozona

Las lentas previsiones de recuperación, a lo que se une la inflación, es otra de las grandes piedras en la mochila española. De hecho, el FMI estima que no se recuperará el Producto Interior Bruto (PIB) anterior a la pandemia hasta el final de 2022, cuando prácticamente la totalidad de los países continentales vecinos ya lo hicieron en 2021. España va con retraso. La cifra esperada de repunte se mantiene en el 5,8% para este año, dato al que continuará una clara desaceleración: en 2023 el crecimiento esperado es del 3,8% y del 2,3% en 2024.

Lo retroalimenta la inflación. El Índice de Precios al Consumo (IPC) se sitúa en el 6,1% y con previsiones de alcanzar el 7% por el alto precio de las energías. Una de las peores cifras históricas en 30 años y que espera que se estabilice con la llegada de la primavera y acabe por reducirse al 0,5% a final de año.

Aplausos por la reforma laboral

Como contrapartida, la recién concluida reforma laboral ha supuesto una palmada en la espalda del FMI: "Los directores del FMI dan la bienvenida a la reforma laboral aprobada dirigida a corregir las deficiencias que tanto tiempo llevan existiendo y equilibrar el dar más protección a los trabajadores y preservar la flexibilidad para las empresas".

Sin embargo, con algún que otro lunar. Señalan la alta tasa de paro, cercana al 14% y la lenta creación de puestos de trabajo. Incluso en 2027, se espera que continúe en el 13%. Un mal endémico ante el que se pide recualificación de empleados y pide que se siga de cerca el impacto de estas reformas en las finanzas públicas.