Una simple botella olvidada en el coche tras un día de calor puede convertirse en tu peor pesadilla. Esta práctica conlleva un riesgo que pocos conocen, y es que el plástico transparente, bajo el sol abrasador del verano, actúa como una lupa y puede desencadenar un incendio en cuestión de minutos. Así lo ha alertado Miguel Assal, agente de emergencias SAMU en San Pedro del Pinatar, Murcia, una de las zonas más castigadas por las olas de calor en España.
Se produce un “efecto lupa con riesgo de provocar un incendio”, advierte el agente mientras muestra cómo, al dejar una botella de agua sobre el asiento del coche, el punto donde incide la luz quema mucho más que el resto. “Actúa como una lente concentrando la luz y el calor en el mismo punto. Y eso, durante un largo periodo de tiempo, quema. Como veis, aquí ya empieza a salir humo”, demuestra Assal.
No es una exageración ni un caso aislado, y los servicios de emergencias insisten en que cualquier descuido, en condiciones de calor extremo, puede tener consecuencias desastrosas. Lo que comienza con una simple marca en la tapicería puede terminar en incendio del vehículo, poniendo en peligro no solo el coche, sino también a las personas y a todo el entorno cercano.
Y la advertencia va más allá de los automóviles. Tirar una botella en el campo o la montaña multiplica el riesgo: “Puedes provocar un incendio, aunque no quieras”, insiste el agente. Basta una chispa, un rayo de sol concentrado en el plástico, y el desastre es inminente. Así que lo más recomendable es sacar la botella del coche y tirarla a la basura directamente para ahorrar un buen susto.