¿Quién recuerda la incorporación a su primer puesto de trabajo? ¿Y al resto de empleos? Si se posee un grato recuerdo, significa que la empresa está haciendo una laboral notable de 'Onboarding'. Por lo que muchos se preguntan: ¿Cuál es el objetivo de esta tendencia? Este concepto, básicamente, se puede resumir en facilitar el proceso de integración de un nuevo trabajador al equipo. Un proceso, en la mayoría de los casos, que no suele ser fácil y que mejoraría la eficiencia de las empresas.
Su entrada en el nuevo escenario, los métodos de trabajo o sus compañeros tiene gran culpa de determinar cómo va a ser el camino a medio-largo plazo dentro de la organización. Un estudio de la empresa de recursos humanos, ‘FactorialMX’, afirma que el 22% de los nuevos empleados abandonan su puesto de trabajo en los primeros 45 días. Todo ello, sin contar los periodos de prueba, que en España están significando el gran lunar y la cara oculta de una poco efectiva reforma laboral.
¿Cuál es el impacto del 'Onboarding' en la empresa?
Además, el mismo estudio mencionado anteriormente recalca que solo la mitad de las empresas cuestionadas reconoció tener procesos de esta práctica de forma estructurada. Estas, además, subrayan que se están beneficiando de ello, es decir, de cuidar la entrada de sus nuevos empleados en su tejido laboral. Entre ellos, una menor tasa de rotación, mayor compromiso con la empresa y de esta con los trabajadores.
¿Qué beneficios tiene esta práctica para la empresa?
- Retención del talento.
- Mayor productividad.
- Grata proyección de imagen corporativa de la empresa.
- Reducción de costes de contratación al reducir el número de estas contrataciones.
¿Cómo se hace un 'Onboarding'?
Se distinguen dos partes. La administrativa, la que trata de preparar toda la documentación adecuadamente para el trabajador y aclararle aspectos como las vacaciones que le corresponden, la ropa a usar o el horario, y la formativa, aquella en que se le transmiten sus pautas laborales.
En general, estos son cuatro los puntos principales que no se deben pasar por alto, aunque todo dependerá de la empresa y se resumen en los siguientes:
- Selección de personal. En este proceso comienza ya el 'Onboarding'. Durante la entrevista se debe transmitir los valores y metas de la empresa, además de sus rutinas, normas, instalaciones, compañeros… Además, es importante personalizar al candidato, tratarlo por su nombre. Si acaba siendo el elegido, cumplimentar e informarle de todos los papeleos que se deben de hacer.
- Primer día de trabajo. El primer día es crucial rebajar esa mezcla de miedo escénico, tensión y ganas de agradar del nuevo trabajador. Comunicárselo al resto de trabajadores para realizarle una bienvenida es una opción, además de prestarle amablemente toda la atención en sus primeros días, donde deberá cumplimentar un proceso de adaptación.
- Primera semana de trabajo. Establecer una retroalimentación. Es decir, saber si está a gusto o lo que necesita. Hacerle partícipe y sentir menos extraño.
- Primer mes en adelante. Repetir el proceso anterior, cuando, generalmente, el trabajador ya haya acabado su proceso de integración y tendrá una imagen más consolidada de su nuevo puesto.
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