La incorporación de la mujer al mundo laboral: el mayor hándicap para la natalidad en España 

A mayor incorporación de la mujer al mundo laboral, menor tasa de natalidad. Es un dato claro y contundente, sin lugar a dudas, y así lo afirma el estudio de “Natalidad en España” de TBS Education Barcelona. Y es que la tasa de natalidad en España es un tema clave para el desarrollo de nuestro país por sus importantes implicaciones económicas y sociales. 

La tasa de natalidad en España entre 2017 y 2021 tiene un promedio de 7.6 por cada mil habitantes, muy lejos de la media europea, que se sitúa en 9.3. Un puesto número 26 en el ranking europeo, solo superado por Italia. El mayor número de nacidos por cada mil habitantes con un promedio de 12 es para Irlanda. 

La evolución demográfica es un fenómeno muy complejo, ya que intervienen factores que afectan del tipo cultural, económico y social. Así, por ejemplo, la migración, la fuerte alza en el costo de vida, el envejecimiento de la población y el rol de la mujer en la sociedad.  La variable más significativa en la reducción de la tasa de natalidad es la incorporación de la mujer al mundo laboral. 

Como se puede apreciar en dicho estudio de esta escuela de negocios, existe una alta correlación entre el número de mujeres que trabajan en España y la tasa de natalidad (-0,74 de 2017 a 2021). Esta relación es negativa, lo que muestra que mientras aumenta el número de mujeres ocupadas, la tasa de natalidad baja.

Evolución de la incorporación de la mujer al mercado laboral 

Desde la incorporación de la mujer española al trabajo en 1975, ha llovido mucho. Es a raíz de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, cuando empiezan a existir medidas efectivas para estudiar la situación de ambos géneros en todas las esferas políticas y sociales, incluyendo el empleo, condiciones de trabajo o salarios. Esto permite que, a partir de dicha fecha, la precisión en la radiografía sobre la situación de la mujer en el mercado laboral español sea más acertada.

Los primeros datos en este sentido constan de principios de 2008, cuando eran 20,6 millones de personas las que tenían empleo en España, de las cuales el 41,7% eran mujeres, aumentando este porcentaje hasta el 46% a mediados de 2019 y situándose a finales del pasado año 2022 que de los casi 20,3 millones de afiliados, el 47,1% corresponde a las mujeres trabajadoras. Alcanzando así el nivel más elevado de mujeres ocupadas tanto en número como en porcentaje desde que existen datos de afiliación a la Seguridad Social.

La mayor presencia femenina en el mundo laboral español, no es algo que afecte por igual a todos los grupos de mujeres, ni el empleo, ni a la actividad, ni tan siquiera el paro ha evolucionado de la misma manera. Factores como la edad, situación familiar o nivel de estudios son claves para poder entender la desigual repercusión.

Hace 30 años la tasa más alta de actividad era para las mujeres de entre 20 y 24 años de edad, sin embargo, actualmente las mujeres de menos de 25 años, han disminuido su presencia en el mercado laboral por una clara razón: su mayor cualificación, son las que más estudian actualmente.

Estas mujeres por aquel entonces eran trabajadoras no tituladas y con empleos de baja cualificación, que llegadas a partir de los 25 años, tenían hijos y en gran parte, decidían retirarse del mercado laboral.

Actualmente, si atendemos al tipo de ocupación en el que se desarrollan las mujeres, podemos decir que a finales de 2021 (los datos del INE más recientes):

• El 27,1% son trabajadoras de los servicios de restauración, personales, protección y vendedoras.
• 24,4% son Técnicos y Profesionales científicos e Intelectuales.
• 15,6% son Empleadas contables, administrativas y otros empleados de oficina.

En contraposición, las de menor presencia femenina son las ocupaciones militares y los trabajos cualificados en el sector agrícola, ganadero, forestal y pesquero.