Si entras en una empresa y, los propios compañeros, te dicen que nunca echan a nadie, podría parecer positivo. Y es que, si se trabaja correctamente, sin cometer ninguna falta grave, parece que tendríamos un trabajo ‘para toda la vida’. Ahora, dependiendo del tipo de profesional que seamos, podría ser negativo. Y así lo ha explicado Flor Endl, de 32 años, project manager que, después de trabajar en distintas áreas, fundó ‘YA Agency’, que se dedica a la estrategia digital para empresas y marcas personales.
“Estar en un trabajo donde no echan gente es algo sumamente negativo. Y sí, escuchaste bien, donde no echan gente”, comienza explicando en uno de sus vídeos de TikTok (@florenciaendl). Para que se entienda mejor, pone su propio ejemplo: “la empresa en la que yo estaba era mi sueño, básicamente la amaba. Me acuerdo de que el día que llegué a esa empresa, el compañero que estaba al lado mío me dijo, ‘Ay, Flor, te veo recontenta, pero fíjate bien donde estás sentada ahora, lo que estás haciendo, porque lo vas a hacer hasta que te vayas, si es que te vas’”.
Una afirmación que le pareció extraña a Flor, pero que ahora entiende: “tanta razón tenía”. Y es que, como revela, el problema de estar en una empresa donde no echan gente, “es que todas las personas que dan lo mejor de sí, que le ponen ganas para un ascenso tanto en su carrera como un ascenso económico, no tienen a dónde ascender. Literalmente no tienen a dónde ascender, a menos que, no sé, alguien se jubile”. “Toda esa gente que se esmera y que da lo mejor de sí, no tiene a dónde ir”, añade.
La gente empieza “a dar lo mínimo”
En empresas así, Flor asegura que la mayoría empieza a acomodarse porque, ¿para qué van a dar el 100% si trabajando menos ya tienen el puesto asegurado? “Da lo mismo tanto dar lo mejor de ti como no darlo. Entonces, la gente, ¿qué va a hacer? Va a empezar a dar lo mínimo. Es como una tendencia que empieza a pasar y termina siendo contagioso”, asegura.
Una tendencia que Flor, de alguna manera, califica como “mediocridad confirmada”. “Si te das cuenta de que tus esfuerzos no tienen ningún tipo de horizonte, vas a terminar siendo parte de este grupo”, añade. Por esta razón, concluye que “si tu deseo es crecer, es progresar, es sentirte valorado, no va a ser la mejor opción. A menos que me digas, ‘mira, me quiero jubilar’, entonces sí, pero si tu deseo está en el crecimiento, no es lo mejor”.
Su reflexión suscitó más de 3.000 comentarios, con opiniones de todo tipo: “cuando el mal empleado es tratado igual que el bueno, el malo no mejora pero el bueno se desmotiva”, “acabas de describir lo que pasa en los funcionarios españoles, administración, ayuntamientos, etc”, o “una empresa que no eche gente me parece una empresa estable, que alcanza sus metas. ¿Cuál es el problema de no renunciar si no estás a gusto?”, son algunas de ellas.