Elena (59 años): “cobro 346 euros de pensión y duermo en la calle, ahora me siento abrumada por las ofertas de empleo y empiezo de cero a mi edad”

Es licenciada en Pedagogía, pero cuando murió su madre rompió la relación con su hermana y empezó a vivir en la indigencia, despertando la solidaridad de todo el país.

Elena (59 años): “cobro 346 euros de pensión y duermo en la calle, ahora me siento abrumada por las ofertas de empleo y empiezo de cero a mi edad” |La Nazione
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Elena, de 59 años, y con una pensión de 346 euros al mesdio a conocer su historia a través del periódico italiano La Nazione. Con una carrera universitaria pero sin empleo, vivía en la calle, durmiendo en los bancos de los parques y usando la mochila de almohada para que no se la robasen. No tenía dinero para comer y dependía de comedores sociales. Y, a su edad, por más que enviaba el currículum a diferentes empresas, nunca la llamaban.

Ahora, su vida ha dado un giro de 180 grados al desencadenar una ola solidaria no sólo en Italia, sino en países como España donde cientos de personas han pedido ayuda para localizarla y ofrecerle un contrato de trabajo o dinero y alojamiento gratis. Cuando murió su madre, y tras algunos problemas con su hermana, terminó en la indigencia, comiendo en Cáritas y usando su pensión para cubrir sus gastos mínimos. 

Aunque está dispuesta a trabajar “de lo que sea” ha avisado que no le gustaría tener que cuidar a personas mayores dependientes ya que le recordaría al tiempo que pasó a cargo de su madre enferma. Pide a las empresas que se interesan por ella, que en vez de una vacante sean dos, ya que quiere que su pareja (también indigente) pueda trabajar al mismo tiempo que ella. 

“Estoy enamorada de él y no tenemos intención de separarnos. Él es albañil y ha tenido empleos precarios”, asegura al diario italiano. “Vivir en la calle es complicado, nos estamos preparando para la llegada del invierno, que será frío y del que nos protegeremos con mantas y sacos de dormir que nos han dado en Cáritas”.

Eso sí, la esperanza, según Elena, es lo último que se pierde. “Estoy convencida de que empezaré el año 2026 con un empleo y celebrando mi boda”.

“Puedo trabajar de cualquier cosa, incluso en sectores humildes”

Elena es licenciada en Educación (Pedagogía) y reconoce que aunque le gustaría ejercer de lo que ha estudiado, podría aceptar cualquier empleo. “Me ha sorprendido de una manera positiva la reacción de la gente, reconozco que no me la esperaba, no estoy acostumbrada a esto”. 

“Voy a contactar con aquellas personas que han querido ayudarme,  y veré qué pasa a continuación. Puedo trabajar de cualquier cosa… menos cuidando personas mayores. No ,me siento capaz, me sentiría mal sólo de pensar en ella”.

Pero tiene un ‘problema’, y es que no quiere ir a trabajar lejos de su pareja. “Desde hace meses vivo en la calle con mi novio, compartimos lo poquito que tenemos. Le amo, no quiero que se quede sólo, de modo que tendrá que venir conmigo”.

“Estoy esperando la llamada de quienes me han ofrecido casa y empleo”

Mientras esperan que sus benefactores le hagan llegar las ofertas de empleo y la promesa de un alojamiento sin tener que pagar alquiler, Elena y su pareja están “renovando armario”. Cuando “no tienes hogar, se dice así al cambio de las cosas de verano por mantas y sacos de dormir”.

“Estamos apuntados en una empresa de búsqueda de empleo temporal y estamos esperando que nos llamen, necesitamos centrarnos en nosotros mismos. Además, estoy pendiente de toda esa gente que ha llamado a Fraternidad Bindi para ofrecernos su ayuda, espero que sea para poder darnos un contrato de trabajo”.

Si todo sale bien, concluye, celebrarán su boda en 2026. “No tengo casa, tampoco trabajo y me da miedo el futuro, pero creo que esta será la mejor Navidad de mi vida, que pasaré al lado de la persona a la que amo”.

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