Para acceder a la pensión de jubilación, es necesario tener un mínimo de cotizaciones a lo largo de la vida laboral. Esto es así tanto en España como en la mayoría de países de la Unión Europea. En este sentido, la Seguridad Social siempre recomienda revisar nuestra vida laboral, para estar al corriente de nuestras cotizaciones y evitar posibles fraudes. Algo así es lo que le ha pasado ha un farmacéutico de Bérgamo, en Italia, el cual ha denunciado que su jefa y exesposa, propietaria de la farmacia en la que trabajó durante 25 años y nunca le pago las cotizaciones a la Seguridad Social. Ahora, a los 78 años este hombre se ve obligado a seguir trabajando como autónomo, ya no tiene derecho a pensión para jubilarse.
Según explica el medio fanpage.it La historia comenzó en 1975, cuando este profesional farmacéutico empezó a trabajar en una farmacia recién inaugurada por su entonces esposa en la ciudad italiana de Bérgamo. Durante más de 25 años formó parte del negocio, hasta que en el año 2000 fue despedido sin indemnización. “Mi exesposa y yo teníamos una farmacia: era un negocio familiar y ella era la propietaria”, explica. “Trabajé allí 25 años, hasta que me echó sin darme una indemnización ni pagarme las cotizaciones”.
Te puede interesar
Una mujer cobra 171.529,62 euros de la pensión de jubilación de su padre fallecido hace 17 años, la Seguridad Social lo reclama y es BBVA quien tendrá que devolver parte por no pedir "fe de vida"
Una mujer logra una pensión de viudedad de 2.938,23 euros después de que la Seguridad Social se la denegará por casarse 6 días antes de fallecer su marido
El farmacéutico explica al medio que hasta que no dejo el trabajo no se dio cuenta que no le habían realizado las cotizaciones INPS (Istituto Nazionale della Previdenza Sociale similar al Instituto Nacional de la Seguridad Social en España). “Inmediatamente después de dejar de trabajar en la farmacia me di cuenta de que no me habían pagado las cotizaciones”, explica. “No me había preocupado antes, porque cuando las cosas van bien no piensas que pueda haber algo mal”.
Sin pensión y obligado a trabajar a los 78 años
Tras conocer la situación, acudió a los sindicatos en busca de asesoramiento, pero no obtuvo respuesta alguna. “Fui a los sindicatos, pero no pude hacer nada porque las cotizaciones no se habían pagado a tiempo”, lamenta. En aquel momento decidió no denunciar, aunque con los años su perspectiva cambió. “Mi vida ha cambiado en los últimos diez años: tenía otro hijo al que me gustaría poder dejarle algo”, explica.
El hombre intentó contactar con la nueva dirección de la farmacia y con su antigua jefa, pero asegura que no obtuvo respuesta. “Al principio intenté un enfrentamiento, pero cuando me dijeron que ya no tenía derecho a nada, dejé de saber de ellos”, afirma. “Hay mucho resentimiento, porque no conseguí nada: estamos hablando de cientos de miles de euros en juego”.
Actualmente, y pese a su avanzada edad, este farmacéutico continúa ejerciendo en farmacias de conocidos, aunque en condiciones precarias. “Mis piernas todavía me sostienen y consigo pasar unas horas en las farmacias de mis amigos”, comenta. “Sin embargo, son situaciones temporales: trabajo como autónomo con número de IVA y sin contrato estable” y concluye diciendo “Con un poco de esfuerzo consigo mantener a mi familia”.