Regalar dinero en una boda se está convirtiendo en una tendencia habitual y cada vez hay más parejas que ponen el número de cuenta corriente en la invitación. En esta ocasión, la suerte ha estado del lado de una de las invitadas, que llegó con números negativos en la cuenta corriente y salió con 120.000 euros en el bolsillo. No es la primera vez que la celebración de una boda se convierte en noticia, como el caso de una pareja que recibió la visita de Hacienda que reclamó una deuda ante más de 100 personas.
Ha sido una trabajadora la que ha contado la historia en su cuenta de Tiktok (@mariaespinar01) sumando más de 230 comentarios y miles de likes. Los novios, explica, decidieron cambiar el detalle tradicional (botellitas de aceite o pequeños regalos artesanos) por un detalle mucho más original: un rasca y gana de la Lotería. Así, compraron uno por invitado y la camarera, que es quien lo cuenta, fue la encargada de repartirlo entre las mesas.
Le pidieron que colocase uno debajo del plato de los asistentes, en un sobre con el nombre de la persona que lo iba a recibir. Además, también regalaron uno a todos los trabajadores, como los camareros, el DJ, los fotógrafos y el personal de cocina. “Fue graciosísimo, yo fui la encargada de colocar el sobre con el rasca de cada uno de ellos”.
Una invitada se subió a la mesa gritando: “¡he ganado!”
En un momento de la celebración, los novios dijeron que bajo los platos había un sobre con un rasca dentro. Aunque la mayoría de los invitados recibió premios simbólicos de entre 2 y 5 euros, una de ellas se levantó y se subió a la mesa gritando: “¡Me ha tocado el premio gordo, 120.000 euros”.
Cuando la escucharon gritar, los asistentes se preguntaban si habría ganado 3.000 o 5.000 euros, que era mucho dinero pero aún estaba lejos del premio gordo. Ella cogió el micro y lo explicó: “chicos, me han tocado 120.000 euros y aquí termina mi presencia en la boda”.
Se levantó, recogió sus cosas y se marchó. Más tarde, supieron que sí, que efectivamente le habían tocado los 120.000 euros. “Imaginaos la cara que se me quedó porque yo era la que me había encargado de poner todos esos rascas debajo de los platos… y no me quedé con el premiado”. “Esa mesa me había dado buenas vibras, le dije a mi compañero que a ellos le tocaría algo seguro y, efectivamente”.