Todos los trabajadores al llegar al final de su vida laboral se preguntan cuál será la pensión de jubilación que les quedará. El sistema de pensiones es tan dinámico y flexible que la cuantía depende de muchos factores como la edad, los años trabajados o las bases de cotización. Por esa razón, no hay dos jubilados con la misma pensión.
En este sentido, Alfonso Muñoz Cuenca, funcionario de la Seguridad desde su experiencia “atendiendo, informando en una oficina de la Seguridad Social”, resume un patrón que se repite y es, que las “personas que pensaban que tenían más años cotizados, personas que esperaban más importes de pensión o personas que no han tenido derecho a una prestación...”. “Es importante conocer cuánto y para qué cotizamos” enfatiza.
La normativa lo respalda, ya que la Ley General de la Seguridad Social (LGSS) reconoce el derecho de trabajadores y empresas a ser informados sobre sus datos de afiliación y cotización, y fija las reglas de bases y tipos que se usan para calcular prestaciones y pensiones.
La Sede Electrónica
Alfonso explica que “si accedes a la sede electrónica de la Seguridad Social y registras tu teléfono… la Tesorería te enviará un SMS cada vez que te den de alta o de baja”. Además, ofrece la posibilidad de descargar el informe de vida laboral con el que “conocerás la fecha de alta y baja de las empresas en las que has estado trabajando, el porcentaje de jornada a tiempo parcial o a jornada completa y los días cotizados”.
También, se puede obtener el informe de las bases de cotización. Alfonso explica que es informe contiene un “dato importantísimo de cara a las prestaciones… aparecen las bases por las que cotizas mensualmente”.
Estas bases “determinarán la cuantía de nuestras prestaciones”. Por ejemplo, recuerda, para el desempleo se mira la media de las bases de los últimos seis meses; en nacimiento y cuidado del menor (maternidad o paternidad) se abona el 100% de la base del mes anterior; y en incapacidad temporal se toma la base del mes previo a la baja. La Ley General de la Seguridad Social fija las bases y tipos de cotización con carácter anual y vincula esas bases al cálculo de cada prestación contributiva.
Las 4 claves sobre la jubilación
Alfonso explica que lo primero que debemos de mirar es ver si estamos dados de alta en la Seguridad Social. “Primero, si estamos dados de alta laboral correctamente”. Mantener el alta y los datos actualizados evita sorpresas al solicitar prestaciones y previene lagunas que pueden reducir la futura base reguladora. Comprobarlo es sencillo con la vida laboral y los avisos de la Tesorería.
El segundo punto es el tipo de jornada. “Segundo, qué tipo de jornada laboral tenemos, a tiempo completo o a tiempo parcial”. Esta información, que figura en el informe de vida laboral, incide en el cómputo de días efectivos y en la acreditación de los periodos mínimos exigidos para la pensión. Un cambio de jornada o un contrato parcial mal reflejado puede afectar al acceso y a la cuantía de futuras prestaciones.
En tercer lugar, conviene revisar por qué importe se está cotizando. “Tercero, por qué importe estamos cotizando, es decir, cuál es nuestra base de cotización”. La base mensual es la variable que determina la cuantía de la mayoría de prestaciones de corto y largo plazo, desde el desempleo hasta la jubilación. Por eso aconseja descargar el informe de bases de cotización y contrastarlo con la nómina para detectar errores a tiempo.
Por último, hay que conocer los requisitos de cada prestación. “Y cuarto, conocer los requisitos de las prestaciones”. Cada ayuda exige periodos mínimos de cotización y condiciones específicas de acceso. Tener claros esos umbrales (y cómo encajan con nuestra vida laboral y nuestras bases) permite planificar mejor, elegir el momento oportuno y evitar pérdidas económicas innecesarias.
Por qué te afecta a la jubilación
Lo que cotizas hoy construye tu base reguladora de mañana. La LGSS establece cómo se integran bases y periodos para calcular la pensión contributiva de jubilación y cómo se tratan las lagunas. La reforma de la Ley 27/2011 reforzó la relación entre cotizaciones y cuantía final de la pensión, y fijó un itinerario de requisitos de edad y años cotizados que siguen vigentes en el texto consolidado. En otras palabras, si tus bases reales son más bajas de lo que pensabas o si te falta tiempo acreditado, tu pensión también será más baja.