Los albañiles en particular y la construcción en general ha sido uno de los sectores más castigado en España, por lo que muchos españoles dedicados a este sector buscan oportunidades en los países nórdicos por su alto salario. Uno de estas personas es Pablo González, un albañil que dejó España en 2011 para instalarse en Noruega.
En una entrevista realizada por El Español, explica con todo detalle cómo es trabajar en uno de los países más prósperos del norte de Europa y cuál es la realidad salarial que se encuentra tras más de una década en el país nórdico.
Dede que llego al país, describe un escenario laboral dinámico y con un peso grande dentro de la economía noruega. En sus propias palabras explica que “el sector de la construcción funciona muy bien en este país” y que son “unas 250.000 personas las que trabajan en el mismo”, que en otras palabras son el 8%. Ese volumen ha podido sostenerse gracias al crecimiento de infraestructuras así como al desarrollo continuo del mercado de la vivienda, influido por la natalidad y por la llegada de población migrante.
Sobre la gran duda de los salarios, habitual para quienes se plantean trabajar en el norte de Europa, González explica que este varías dependiendo de las categorías profesionales. Tal y com explica el trabajador, “en el caso de los pintores, el sueldo viene a estar en unos 3.600 euros brutos al mes”, mientras que “los fontaneros hablan de unos 4.100 euros” y “los gruistas vienen a cobrar unos 4.400 euros”. Cantidades que también se alcanzan en puestos como los conductores de maquinaria pesada, siempre dentro de los perfiles más ligados a la obra.
Ahora, para los puestos de mayor cualificación el salario es superior. Por ejemplo, para los arquitectos, ingenieros o jefes de proyecto esto se sitúa entre 6.000 y 6.400 euros mensuales, cifras que muestran la alta demanda de especialización en un país que mantiene inversiones constantes en carreteras, puertos o redes ferroviarias.
Ahora tener un salario alto esta bien, pero también hay que ver que carga impositiva tiene. Sobre este tema, González relata que “a esas cantidades hay que restarles más o menos un 30% de impuestos”, una estructura fiscal elevada pero que va acompañada de servicios públicos y una calidad de vida muy superiores a la media europea. Incluso con esas deducciones, los salarios continúan siendo atractivos para muchos profesionales españoles.
Así como el salario y los impuestos importan, también lo es la jornada laboral. Las jornadas laborales en Noruegamantienen cierta regularidad, aunque dependen del tipo de obra. González apunta que, en líneas generales, cuando se trabaja de lunes a viernes la jornada se desarrolla “de 8 de la mañana a 4 de la tarde”, pero insiste en que pueden existir diferentes turnos.
En total, calcula unas “37 horas y media semanales más o menos, más todas las horas extra que se tengan que echar”, con la particularidad de que las horas adicionales están bien remuneradas y suelen pagarse por encima del valor de una hora ordinaria.
En proyectos vinculados a la ingeniería civil también es habitual trabajar de lunes a jueves. Según explica, esto se debe a que muchas obras se encuentran en zonas alejadas y los trabajadores necesitan fines de semana más largos para regresar a casa.