Llega la ‘tasa Amazon’ a empresas como Ikea o El Corte Inglés

Una medida que engordará las cuentas de Hacienda pero que acabará por repercutir en el bolsillo de los consumidores. Momentáneamente, la guerra en Ucrania congela su aplicación.

La "tasa Amazon" engordará las cuentas de Hacienda
Javier Martín

La denominada ‘tasa Amazon’, que grava el envío de paquetes a domicilio, afectará no solo a las empresas de comercio digital, si no también a las consideradas tradicionales. Así lo contempla el ‘Libro Blanco’ que recoge los principios vertebrales de los tipos de impuestos por los que se guía el Ministerio de Hacienda y que ha sido elaborado por un grupo de expertos de cara a la reforma fiscal.

Los expertos han instado a María Jesús Montero, líder de esta cartera ministerial, a imponer “una tasa local por la ocupación del dominio público que se produce como consecuencia de la entrega a domicilio de paquetería”. Asimismo, el documento justifica su aplicación “también sobre el comercio tradicional cuando se realice el presupuesto de hecho del gravamen, para evitar tratamientos discriminatorios”.

Dentro de ese ‘comercio tradicional’ que menciona el modelo general de ‘tasa Amazon’ se cita explícitamente a empresas como El Corte Inglés, Carrefour o Ikea por el considerable volumen de pedidos y repartos que gestionan. Una medida que engordará las cuentas de Hacienda pero que acabará por repercutir en el bolsillo de los consumidores.                                                    

¿Qué es la ‘tasa Amazon’?

Es un tipo de impuesto que entró en vigor el 1 de enero de 2015 en los países miembros de la Unión Europea mediante la Directiva 2008/8/EC que impuso el Consejo de la Unión Europea con el objetivo de regularizar el IVA en los productos y servicios digitales. No tienen nada que ver con la ‘tasa Google’

De este modo, la empresa ya no pagaría el IVA correspondiente a ese producto o servicio si no el estipulado en el país en el que los comercializa. Por un lado, se contribuye a pelear contra la competencia desleal y por otro se aumenta la recaudación impositiva.

¿A qué empresas de comercio tradicional se les aplicará la ‘tasa Amazon’? Casi de forma general, según el Fisco: “Las actividades o entregas que deberían excluirse o gravarse en menor medida deberían ser limitadas y tener una clara justificación objetiva”. Al respecto, Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, planteó que no se aplicara a “las entregas a domicilio en vehículos de menos de cuatro ruedas [riders], autónomos, transportistas de reparto de mercancía entre empresas y entrega de paquetes en puntos de recogida”. Algo que no comparte el Gobierno.

La fiscalidad adaptada del siglo XXI

Este nuevo concepto de fiscalidad adaptada a los tiempos que corren, la ‘fiscalidad del siglo XXI’ pretende precisamente elevar los ingresas de Hacienda, que pidió un modelo y un mecanismo de actuación a la comisión fiscal de expertos al respecto. Sin embargo, estos insisten, a pesar de que todavía se desconocen cifras concretas, que su impacto en el bolsillo del consumidor final será mínimo.

La imposición de la tasa Google, por ejemplo, dejó cerca de 240 millones de euros de recaudación, muy lejos de los 1.000 que se preveían. Situación que espera que cambie este 2022. Este gravamen contempla un impuesto del 3% sobre los ingresos derivados de servicios de publicidad en línea, intermediación en línea y transmisión de datos.

La guerra en Ucrania congela la ‘tasa Amazon’

De hecho, Amazon ya avisó que la tasa con su nombre repercutiría en aumento de precios, por lo que se espera que AliExpress, El Corte Inglés, Ikea o Carrefour, entre otros comercios tradicionales, sigan el mismo camino. Pero el conflicto bélico en Ucrania tras la invasión de Rusia lo cambia todo, dejando en ‘stand by’ la reforma fiscal y medidas como la ‘tasa Amazon’ o los incrementos medioambientales.

Una medida “antieconómica”

El Ejecutivo no contempla “ninguna subida fiscal en este momento”, afirmó Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, justificando que la batería de medidas ofrecidas por los expertos fue solicitada mucho antes del contexto actual. Sin embargo, las reacciones se han ido sucediendo. “Una excusa para subir impuestos y una medida claramente antieconómica”, calificaba la patronal catalana Foment del Treball.

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