Nadie piensa en ello, o al menos poca gente lo tiene en cuenta, pero mantener las fuentes de energía renovables también cuesta dinero, por más que sean energías limpias y se les presuponga un costo menor que a las fuentes de energía contaminantes. Y si no que se lo digan a la energía eólica. El parque eólico español envejece y para 2030 una cuarta parte de este ya habrá llegado al límite de su vida útil, al menos de los aerogeneradores que existen actualmente, según la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
Esta es la previsión de un sector que ve en la repotenciación de los campos de turbinas eólicas la solución al problema de su envejecimiento, a pesar de que las empresas que lo gestionan dicen que para ello se necesitan una serie de condiciones “que a día de hoy no se dan”. Este nuevo impulso de la energía eólica no solo es demandado por la propia necesidad de renovarse, sino también por la emergencia climática, ya que aún marcando récords se necesita generar más energía renovable de la que se crea actualmente.
Por tanto, el sector eólico español encara una década decisiva. El director general de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Virgilio Márquez, sabe de la importancia de los próximos años para el futuro del parque eólico de nuestro país y asegura que el sector eólico es el primer interesado en repotenciar de forma lineal, según ha explicado en una entrevista con EFE.
La repotenciación es un proceso clave para alargar la vida útil de las instalaciones y aumentar su producción energética, pero exige un marco regulatorio estable y trámites administrativos ágiles. Márquez defiende que debe hacerse “de forma planificada y con tranquilidad”, subrayando la necesidad de seguridad jurídica y de revisar las normativas medioambientales que han cambiado desde la construcción de los primeros parques, hace más de dos décadas.
Modernizar sin paralizar
Una de las principales dificultades radica en el tiempo que los parques deben permanecer inactivos durante la sustitución de las turbinas. “Si hay garantías de que va a ser por dos años, lo puedes modelar; pero la realidad es que no existe tal garantía”, admite Márquez.
El ejemplo de Siemens Gamesa, que cuenta con una capacidad instalada de 16,4 gigavatios (GW) (la mitad del total nacional), ilustra la brecha tecnológica: los aerogeneradores de 1994 apenas alcanzaban 0,5 megavatios, suficientes para abastecer a unas 300 familias, mientras que los actuales alcanzan 6,6 MW, capaces de suministrar energía a más de 5.000 hogares.
El papel del Gobierno y la tensión con Galicia
El Gobierno ha aprobado un Real Decreto que establece una hoja de ruta nacional para la repotenciación, con un plazo de nueve meses para fijar objetivos estratégicos y medidas técnicas, regulatorias y financieras que impulsen la sustitución de equipos.
El plan llega cuando 2,8 GW de los 32 GW instalados en España superan los 25 años de antigüedad, y otros 10 GW se acercan a las dos décadas de funcionamiento.
La medida contrasta con la polémica generada en Galicia, donde la Xunta promovió una norma que obligaba a repotenciar los parques con más de 25 años, bajo amenaza de perder la autorización de explotación si no se presentaba un plan en 18 meses. Tanto el Gobierno central como las empresas eólicas rechazaron la iniciativa y el Tribunal Constitucional estudia su validez.
“Esa obligación es contraria al derecho”, sostiene Márquez.
Un envejecimiento desigual
Pese a la antigüedad de parte del parque, la tecnología ha demostrado una notable durabilidad. “No tiene sentido exigir la repotenciación de un parque que funciona, da un rendimiento económico y puede prolongar su vida útil más allá de los 30 o 35 años”, defiende el portavoz de la AEE.
En lo que va de año, la energía eólica se mantiene como la principal fuente de generación eléctrica en España, un liderazgo que, según el sector, se puede consolidar con un marco regulatorio previsible y una mayor agilidad en los permisos.
El desafío, concluyen, será equilibrar modernización, rentabilidad y sostenibilidad en una red de parques que, tras más de dos décadas de viento a favor, empieza a notar el paso del tiempo.