La educación financiera es la asignatura pendiente de la mayoría de los sistemas educativos para formar a los estudiantes y enseñarles mejores hábitos para sus finanzas personales. Este es uno de los aprendizajes que el empresario, José Elías, quiso transmitir a su hijo, Marc, quién le insistía en el trading.
En una publicación en su cuenta personal de X, el empresario, ha compartido cómo ha conseguido hacer entender a su hijo en qué consiste este tipo de movimientos financieros que no enseñan en los colegios y que resultan atractivos por sus posibles beneficios, pero como un bien especulativo que es, también tiene el efecto adverso.
Le di 1.000 euros para que los perdiera
Cuando Marc tenía 14 años, estaba obsesionado con el trading, Elías asegura que le encantaba: “Le di 1.000 euros para que los perdiera, aunque me dijo que no me preocupase, que no los perdería, pero obviamente, al mes y medio había perdido todo”. Situación con la que su padre ya contaba.
“¿Sabes qué? le pagué el mejor curso de su vida. Le pagué el curso de perder dinero”. Resulta que perdió el dinero al ser engañado con las opciones binarias: “Es el timo más básico que existe, puro engaño de manual”, afirma. Una lección para aprender la gestión del riesgo de verdad: “No todo el que te vende algo te dice la verdad. El dinero fácil no existe, los mercados no perdonan la inexperiencia”.
Es la lección que el empresario podría haber explicado a su hijo a través de un sermón sobre los peligros del trading, evitando perder ese dinero prestado: “Pero nada hubiera sido más efectivo que perderlo”, explica. “1.000 euros por entender que el mundo está lleno de gente dispuesta a quitarte el dinero vendiendo humo. Ha sido la mejor inversión en su educación”, finaliza el post de X.
Apuesta por un currículum educativo más completo
La historia de José Elías dirige la mirada hacia una carencia que persiste en los sistemas educativos: la educación financiera real y práctica. Reconocer los riesgos, valorar el esfuerzo que hay detrás de ganar dinero, identificar los engaños financieros es tan esencial como aprender matemáticas e historia.
Comprender cómo funciona el dinero es una herramienta de protección y libertad personal. Si los jóvenes aprenden a gestionar, invertir y perder desde las aulas, a través de una enseñanza estructurada y accesible para todos afrontarán sus experiencias futuras como adultos desde otro prisma.