Tras muchos años de matrimonio, dar el paso de divorciarse no es fácil, sobre todo para aquellas mujeres a partir de los 50 años que han dedicado su vida a la familia y han estado alejadas del mercado laboral. La decisión viene acompañada de miedo, no solo a empezar una nueva vida, también por la incertidumbre económica con la que tienen que hacerlo. ¿De qué voy a vivir? ¿Podré mantenerme sola? ¿Qué derechos tengo?
Para responder a estas preguntas y explicar qué herramientas jurídicas y financieras pueden ayudar a afrontar esta nueva etapa sin quedarse atrás, desde NoticiasTrabajo hemos hablado con Adriana Auset, abogada especializada en Derecho de Familia con más de 25 años de experiencia y cofundadora de Auset & Iglesias Abogados.
Anticiparse con acuerdos prematrimoniales y capitulaciones
Auset subraya que, aunque en España apenas se utilizan, los acuerdos prematrimoniales son “la herramienta más útil para esclarecer los términos financieros de un posible divorcio”. Reconoce que resulta “muy poco romántico” plantearlo antes de casarse, pero recuerda que en países como Estados Unidos es algo habitual.
“En España no están regulados expresamente (excepto el Código Civil de Cataluña), si bien no están prohibidos al imperar el principio de libertad contractual entre los esposos en relación con el derecho constitucional de libertad, siempre y cuando no resulten dañinos para los hijos, contrarios a la Ley y buenas costumbres, o gravemente perjudiciales para los cónyuges”.
Si no se quiere firmar un acuerdo prematrimonial, recomienda suscribir capitulaciones matrimoniales para proteger al cónyuge económicamente más vulnerable y elegir el régimen económico más conveniente.
En régimen de gananciales, “en caso de ruptura se divide el patrimonio común a partes iguales con independencia de la titularidad de los bienes muebles e inmuebles.
En separación de bienes, es fundamental que la persona que aporta menos ingresos esté al tanto de todas las decisiones patrimoniales y “lo que no debe hacer nunca es vivir ajena a las cuestiones económicas y patrimoniales de la familia”.
Derechos económicos tras un matrimonio largo
En un divorcio, además del reparto de bienes según el régimen económico, se puede solicitar una pensión compensatoria o una compensación económica por el trabajo en el hogar. Esta última reconoce el valor del trabajo doméstico y de cuidados, incluso si la persona ha trabajado esporádicamente fuera de casa o en la empresa de su pareja.
“El Código Civil de Cataluña limita esta compensación a quienes se han dedicado exclusivamente al hogar y a los hijos, pero en el resto de España su reconocimiento es más amplio”, explica Auset.
Reconstruir la independencia económica debe ser la prioridad tras el divorcio
La experta insiste en que la primera prioridad tras un divorcio debe ser recuperar la independencia financiera, algo que “no es inmediato” y exige planificación. Recomienda iniciar o retomar la formación, buscar programas públicos y privados para la inserción laboral y acudir a asociaciones de mujeres que ofrecen orientación.
“Caerse está permitido, levantarse es obligatorio”. “Mantener una actitud positiva es clave para reinventarse”, afirma.
Incluso antes de tomar la decisión de separarse, Auset aconseja empoderarse económica y emocionalmente, por ello es clave “tomar conciencia de la economía familiar accediendo a las cuentas bancarias, ser conscientes de la existencia y alcance del endeudamiento de la familia”.
“Es importante en esta fase que se recabe la mayor documentación posible. En cualquier caso, es indispensable recuperar apoyos tanto de amistades como familiares, si en alguna fase del camino se han debilitado. Y sobre todo estar muy bien asesorado jurídicamente”.
Aunque a priori parece difícil, en su experiencia, todas las mujeres que han pasado por ello han logrado rehacer su vida. “Todas, absolutamente todas, salen adelante y se reinventan”, concluye.