Imagina llevar décadas dedicándote al cultivo de tus colmenas, que son tu principal fuente de ingresos, y de repente llegues a tu finca y te des cuenta de que han desaparecido. Pues es lo que le ha ocurrido a un hombre de 84 años que, frustrado, ha visto cómo se las ha arrebatado el dueño de los terrenos colindantes y, de momento, la justicia no ha hecho nada para reparar el daño.
Richard Marquette contaba con un total de 20 colmenas, por lo que poseía alrededor de dos millones de abejas. En términos económicos, ganaba entre 8.000 y 16.000 dólares gracias a la venta de miel por cosecha, entre unos 6.800 y 13.700 euros, que ahora ha perdido. Este, precavido, tenía inscrito en cada una de ellas su número de registro estatal y la miel con la que contaba para sobrevivir mientras estaba de baja médica de su trabajo en Walmart.
Pese a ello, cuando llegó al terreno donde las tenía, vio a unos contratistas talando árboles a casi 15 metros dentro de los límites de su propiedad. Cuando preguntó qué había pasado con las colmenas, le dijeron que alguien que decía ser el propietario del terreno las había “trasladado”. “¿Cómo puede alguien entrar en mi propiedad, llevarse mis abejas, no devolvérmelas y no sentir remordimientos?”, manifestaba frustrado Marquette, tal y como recoge el medio ‘AOL’.
“Han cerrado el caso y yo me he quedado sin dinero, sin trabajo, sin miel y sin las futuras cosechas”
Cuando intervino la Oficina del Sheriff del Condado de Citrus (Florida), donde han transcurrido los hechos, los agentes rastrearon las colmenas desaparecidas hasta Joseph Denick, el hombre que compró el terreno contiguo al de Marquette. Según el informe de este departamento, un equipo de limpieza cruzó por error la línea divisoria de la propiedad de Marquette y Denick, de hecho, admitió que le dijo a un amigo que retirara las colmenas.
Este también dijo a los agentes que estaba dispuesto a devolverlas pero, más de 90 días después, para desdicha de Marquette, no lo ha hecho. “El departamento del sheriff ha cerrado el caso y yo me he quedado sin dinero, sin trabajo, sin la cosecha de miel y sin las futuras cosechas”, se lamenta este, que ha tenido que ver como el culpable incluso ha reconocido que puso en Facebook que ofrecía las colmenas a cualquiera que estuviera dispuesto a recogerlas.
Finalmente, este dijo que se las llevó un “amigo de un amigo”, sin querer revelar su identidad. “No entiendo por qué no las devuelven o, al menos, me pagan por las abejas o lo que sea, pero no he conseguido nada”, denuncia Marquette, quien no ha dado la batalla por perdida y está tomando medidas. En primer lugar, su abogado ha enviado una carta a Denick, con un tiempo de respuesta de 7 días, para dejar por escrito que el daño ocasionado no se limita a la pérdida de ventas de miel.
Sobre esto, actualmente la miel se está vendiendo a 20 dólares el litro y, una sola colmena, puede producir hasta 40 litros por temporada. Por ello, el haber perdido sus abejas significa haber perdido una fuente de ingresos crucial que no puede reemplazar fácilmente.
“Su capacidad para ganarse la vida durante todo un año o más ha quedado destruida por esto y, por supuesto, el daño a las propias abejas, las reinas que estaban en las colmenas, todo el ecosistema que las rodea quedó arrasado en un día”, argumenta su abogado. En caso de que Denick no coopere, tienen previsto emprender nuevas acciones legales para recuperar las colmenas y el equipo.

