No es necesario programar largos viajes fuera de España para encontrar destinos tranquilos y sorprendentes. La zona del Interior, cercana a Madrid, sorprende a los visitantes por su arquitectura característica, y por el legado mudéjar, romano y de las muchas civilizaciones que han pasado por allí a lo largo de la historia. Es el caso de la pequeña localidad de Villacorta, situada en la sierra de Ayllón (Segovia) a sólo dos horas de la capital.
Este municipio está en el corazón de un núcleo llamado ‘pueblos rojos’ por el color de sus calles y sus fachadas. Un toque original muy valorado por los turistas. Aunque no cuenta más que con 28 habitantes (según el censo), es un pueblo que se llena de vida por el interés que despierta, más aún cuando cuenta con una impresionante iglesia mudéjar con toques de arte romano.
Segovia se caracteriza por mostrar un color rojizo, casi como el sol cuando se pone, que es un plus más a la hora de seleccionar este destino. Si bien es cierto que no son los únicos lugares en los que el color es su seña de identidad. Ya ocurre con los pueblos blancos de Andalucía por ejemplo, o aquellos en los que se despliega un abanico de colores como algunos costeros en Asturias.
Así es Villacorta: el pueblo empedrado ideal para descansar
Villacorta es una localidad silenciosa, pensada para desconectar del estrés laboral y diario. En sus calles, situadas a 13 kilómetros de Riaza, uno se puede cruzar con una perfecta arquitectura de piedra, enlosetado en las calles o cualquiera de sus 28 vecinos.
El color rojo de las calles está debido al hierro. Y es que la tierra es muy rica en materiales llamados ferruginosos, lo que supuso desde hace mucho tiempo, un modo de vida para los residentes. Hay que destacar que al lado de la iglesia, llamada de Santa Catalina, hay un entorno envidiable con piedras rojas y un gran pórtico románico.
Entrando en el templo, se aprecia el artesanado mudéjar y si el visitante se pone en la puerta, podrá ver un camino empedrado. ¿Qué más se puede disfrutar en Villacorta? Es ideal realizar un paseo turístico por los dos palomares situados a orillas del Vadillo. Uno de ellos ahora es una casa rural, el Molino de la Ferrería.
Qué hacer en Villacorta: los senderos más destacados y una ermita
La ermita del Padre Eterno es un punto perfecto para detenerse a descansar. Ahí, rodeado por la tranquilidad y con el verde de la sierra enfrente, se podrá reflexionar y disfrutar de un silencio muy apreciado e inexistente en las grandes ciudades.
Por otro lado, los amantes del deporte, así como las personas mayores, podrán realizar senderismo, en caminos acondicionados que tienen diferentes niveles de dificultad. Entre ellos, la Ruta de las Lagunas de Cantalejo, del Románico, de los Pueblos Rojos y Negros o del Cañón del Riaza, donde se pueden avistar las aves rapaces que suelen sobrevolar las montañas.
Llegar a esta localidad roja es muy fácil. Se puede viajar perfectamente en coche, saliendo desde Madrid habrá que conducir por la A-1 dirección Burgos, tomando la salida 103 que sale a Cerezo de Abajo.
Si se opta por el autobús, se puede coger en la Plaza Castilla en dirección Riaza, y luego coger un taxi o buscando algún autobús rural. Otra opción para desplazarse usando el transporte público es desde la estación de Chamartín.
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