Puede parecer una mala costumbre, pero levantarse a comer por la noche puede esconder un problema de alimentación. Así lo explican desde ‘Centrum Psicólogos’, donde informan que, este fenómeno, conocido como síndrome de alimentación nocturna o síndrome del comedor nocturno, consiste en “despertarnos por la noche con inquietud y ansiedad por ir a comer”.
“Cuando esto ocurre, nos dirigimos a la nevera o a la despensa y sólo nos calmamos una vez que hemos comido. Generalmente son carbohidratos los alimentos que elegimos para esta ingesta nocturna”, explica la psicóloga Francesca Roman en el blog del citado centro.
Yolanda Fleta, miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética, también informa que puede implicar un trastorno de la conducta alimentaria, que “se caracteriza por anorexia durante la mañana, e hiperfagia (comer mucho y compulsivamente) vespertina o nocturna”, una situación que “se produce en un estado de plena conciencia e insomnio”. Asimismo, este hábito, el de despertarnos por la noche para comer, puede estar relacionado con varios factores psicológicos y de personalidad.
6 rasgos comunes del síndrome del comedor nocturno
Si bien cada caso es único, según la psicología las personas que tienen este hábito tienden a compartir ciertos rasgos comunes.
Ansiedad
Como explica Feta en un artículo para la Academia Española de Nutrición y Dietética, “es habitual tener ansiedad, estrés, tristeza o insatisfacción por no ser capaz de controlar ese apetito nocturno. El individuo cree que si no come, no podrá dormir. Esta idea, sumada a la ansiedad, se controla a través de la alimentación”.
Estrés crónico
Según se señala en el estudio ‘Síndrome de comedor nocturno: un nuevo trastorno de la conducta alimentaria’, este síndrome suele darse en personas con niveles altos de estrés. Yolanda Fleta, en el citado artículo, también lo señala, informando de que estos pacientes “suelen presentar mayores índices de depresión, estrés post traumático, baja autoestima u otros problemas de salud mental”.
Problemas de sueño o insomnio
La experta Yolanda Fleta también señala que las personas que padecen este síndrome “suelen tener insomnio, pero no son sonámbulos, son conscientes de lo que están haciendo en todo momento”. Desde QuirónSalud también apuntan que está relacionado “con alteraciones en el cuerpo, como un aumento de cortisol (hormona del estrés) y problemas con la producción de melatonina (hormona del sueño), lo que provoca alteraciones en los patrones de sueño y aumento del hambre durante la noche”.
Poca ingesta matinal
Otro de los rasgos que se asocian al síndrome del comedor nocturno, como se adelantaba al principio, es la anorexia matinal o la poca ingesta por la mañana. El apetito iría en aumento conforme avanza la tarde y la noche. “Se asocia con un patrón de retraso del ritmo circadiano en la alimentación, que provoca trastornos del ritmo circadiano del sueño”, explica Fleta para la Academia Española de Nutrición y Dietética.
Impulsividad
Desde ‘SOM Salud Mental 360’ explican que las personas con este síndrome “tienen un carácter impulsivo, lo que puede manifestarse en otros ámbitos, por ejemplo, el consumo de tabaco”.
Baja autoestima
Al igual que la ansiedad, la depresión y el estrés suelen estar presentes en las personas que padecen el síndrome del comedor nocturno, también es común que se desarrolle en personas con baja autoestima e inseguridad.

