A todos se nos ha derramado alguna vez una botella de agua. Vas con prisa, no la cierras bien y, de repente, cae todo al suelo. Un descuido cotidiano pero que, para Mike McCormick, acabó con un desenlace inimaginable. Tuvo la mala suerte de que se le derramó en su coche eléctrico, un Hyundai Ioniq 5, provocando un daño que le ha generado una factura de 10.000 euros.
Los hechos han ocurrido en Floria y, tal y como recogen desde el medio ‘Automonbile Prope’, Mike estaba conduciendo por la autopista cuando, a causa de un frenazo brusco, se le cayó una botella de agua al suelo del coche. Unos instantes después, se le encendieron las luces de aviso y los intermitentes le dejaron de funcionar. Pero eso no era todo, porque ni siquiera podía apagar el motor.
En ese momento, reconoce que le cundió en pánico, sospechando ya que esos fallos podían deberse al líquido derramado. Y así fue. Tras una inspección técnica, el concesionario identificó el problema: el agua había penetrado en el sistema de cables situado debajo del suelo y los asientos.
Una factura de 10.300 euros
En el taller, le comunicaron que para restablecer el funcionamiento completo del coche, era necesario sustituir todo el cableado. Una acción que le suponía pagar casi 11 882,08 dólares (alrededor unos 10.300 euros). Sin duda, una suma astronómica para un descuido que le podría haber pasado a cualquiera.
Además, tuvo la mala suerte de que la garantía de la casa, Hyundai, no le cubría esta reparación, ya que se había producido por un factor externo, y no por un error propio del sistema. Tampoco tuvo éxito con la aseguradora propia, quien consideró que los daños se debían a la corrosión progresiva del cableado y no al vuelco de la botella. De ese modo, ambas partes se lavaron las manos, debiendo el propietario que asumir todos los gastos.
No obstante, según un reportaje WFTV Channel 9 recogido por el citado medio, existe cierta vulnerabilidad en el sistema eléctrico situado bajo el asiento de este modelo, el Ioniq 5, ocurriéndole un incidente parecido a otro propietario, quien también tuvo que sustituir todo el cableado.