Envejecer tranquilo y con una aceptación completa de lo que supone el paso del tiempo no quiere decir que se pretenda ser siempre joven. Al revés. Como aseguran los psicólogos, muchas personas que han cumplido los 60, 70 e incluso 80 años están en la fase del ‘me acepto’, aprendiendo a vivir el ahora. Pero, además, han dejado de lado algunos hábitos y costumbres que ya se habían convertido en rutina para disfrutar del momento presente.
Magali Caille, psicóloga, ha analizado el comportamiento y el modo de pensar de personas mayores (a partir de los 60) tanto si están jubilados como si se encuentran en los últimos años de su carrera profesional. “He tenido la oportunidad de conocer a sénior que se sienten profundamente realizados, que se ríen con facilidad, se mueven con soltura y muestran una paz interior que inspira”, y esto, “no es cuestión de suerte, sino el resultado de decisiones liberadoras y conscientes”.
Estos patrones podrían aplicarse a muchos mayores españoles, siempre y cuando, como señala la experta en Ouest-France, hayan dejado de lado nueve hábitos muy comunes entre personas de cualquier edad.
Los hábitos que dejaron de lado quienes son felices después de cumplir los 60
Las personas con más de 60 años que viven una vida plena y feliz, han dejado de lado ciertos comportamientos que analiza la psicóloga en un artículo. Estos son los siguientes.
Decir que sí a todo

Complacer a todo el mundo es imposible y en ocasiones, agotador. Con el paso de los años, la energía es uno de los bienes más preciados. Los que cumplen años con una sonrisa, saben decir un ‘no’ rotundo a muchas afirmaciones a las que antes asentirían sin remedio.
Aceptar algo que no conviene es como negarse a aquello que sí les haría felices. Se reducen los compromisos innecesarios, las obligaciones y los síes que se dan sólo para calmar conciencias.
En este trabajo se destaca que la capacidad de autocontrolarse, especialmente en los casos en los que se dice que no, está ligada a una mejor salud mental.
Buscar la aprobación de los demás como sea
Los mayores que han aprendido a no depender de la aprobación de los demás, en lo que se llama teoría de la autodeterminación, son mucho más felices y tienen la mente más tranquila. Las redes sociales o estar siempre pendiente del qué dirán puede hacer mucho daño en la autoestima, una postura que las personas más mayores ya han dejado de lado.
Lo que ellos valen no depende de lo que crean los demás, y cuando se entiende esto, señala Magali, es cuando se consigue la libertad. “Actúan según lo que les parece correcto, y no para complacer”.
No arrepentirse de nada

Las personas mayores que son felices son aquellas que no dejan que lo que haya pasado años atrás perjudique su salud mental. Esto no quiere decir que “vayan a perder sus recuerdos dolorosos o los remordimientos, sino que han tomado la decisión de no aferrarse a ellos”. Porque “insistir en los errores no cambia las consecuencias” así que lo que hacen es aferrarse al perdón, tanto al suyo propio como al de los demás.
Dejan de querer controlarlo todo
Con el paso de los años, aparece la sabiduría para comprender que no todo depende de uno mismo, sino que hay otros agentes externos como la familia o los amigos. Quienes se hacen mayores con felicidad no quieren controlar todo lo que pasa en sus vidas.
Además, aprenden a aceptar lo que les viene con más serenidad, ya sea lo que tenga que ver con sus hijos, con la salud o con las nuevas tecnologías.
No se comparan con los demás
Compararse con los demás rebaja la felicidad, y al contrario, sentirse agradecido la mejora. “Los mayores que prosperan no comparan sus vidas con las de los demás, no les preocupa si su amigo cobra más o menos pensión de jubilación o si viaja más o parece más joven. Comprenden que cada viaje es único”.
Es importante vivir con aceptación y gratitud, apunta la psicóloga.
Descuidarse físicamente

Uno de los cambios más positivos que experimentan las personas mayores pasa por la aceptación de uno mismo, de los cambios en el cuerpo. Las dietas, la belleza, la estética… todo eso deja de tener sentido y abre paso a unas nuevas sensaciones que pasan por los paseos a diario, estirarse, comer bien y sano, o descansar. Ya no es importante el aspecto, sino cómo se sienten en cada momento.
No callar cuando algo les afecta o les hace daño
Los mayores más felices son los que no se callan y se expresan cuando algo les afecta o les duele. No evitan los conflictos a toda costa, y han abandonado la costumbre de decir que sí y aceptar todo tal y como viene.
La psicóloga Brené Brown apunta a que “la vulnerabilidad y la comunicación abierta son clave para mantener relaciones profundas y estas son una de las claves del bienestar a medida que pasan los años”.
Dejar de lado el materialismo
El materialismo siempre se relaciona con un mejor bienestar psicológico, y los mayores buscan ser simples. Tener más no implica más felicidad y los que mejor envejecen han aceptado una humildad que les caracteriza.
Despejan espacios y mentes, dan prioridad a las experiencias sobre los objetos, calidad sobre cantidad y se preguntan qué es lo que importa. Magali recuerda lo que le dijo un profesor, que ya está jubilado. “Solía pensar que tener más me haría sentir más seguro, ahora me siento rico cuando tengo la agenda libre y la sala llena de risas”.
Pretender saberlo todo
Los mayores que envejecen felices han dejado de lado la necesidad de tener siempre la razón o ser expertos en cualquier tema. Buscan ser principiantes, aprendiendo a bailar o nuevas habilidades. Esto se llama ‘mentalidad de crecimiento’ y sirve para sentirse mejor tanto cuando se tienen 70 años como 15.

