No será ni la primera ni la última persona que, al pedir el ticket con la cuenta, se lleva una desagradable sorpresa. Pasa, sobre todo, en las zonas más turísticas, donde, como se suele decir, lo que se paga es “el sitio”. Sin embargo, aun contando con estos incrementos, hay extras que no te ves venir de ninguna de las maneras.
Es lo que les ha pasado a unas clientas en Ibiza, en la zona de Santa Eulalia, donde la celebración de un cumpleaños ha acabado con un ‘regalo’ de lo más inesperado. Tal como ha informado Jesús Soriano en su cuenta de ‘Soy Camarero’, conocido especialmente por denunciar la precariedad laboral en el sector de la hostelería, estas clientas llevaron una tarta de cumpleaños al restaurante donde comían.
Estas habían avisado de que iban a llevar la misma, asegurando que el restaurante no le había puesto problema. Ahora, cuando terminaron la comida y les llegó el ticket, se quedaron de piedra. Y es que les habían cobrado pero bien no hacer gasto de postre en el restaurante.
Tal y como se puede ver en el recibo, han tenido que pagar 27,50 euros por el “corte” de la tarta, lo que para muchos es totalmente descabellado (equivaldría a 2,50 euros por persona). Según las clientas, nunca les llegaron a avisar de este extra y Jesús Soriano ha querido preguntar a su comunidad si lo ven correcto, existiendo opiniones de todo tipo.
“Pues si no viene en la lista de precios y no avisaron, creo que el “servicio” debe ir incluido en el precio de los productos no aparte, yo pondría una reclamación”, “¿27 euros un corte de tarta? ¿El corte te venía con diamantes o algo? Madre mía los precios”, apuntan por un lado.
Por el otro, bastantes usuarios creen que es totalmente lícito: “Me parece lo correcto. Yo cuando llevo tarta a un restaurante me informo primero se está permitido. Llevo platos y cucharillas desechables y mi cortador, la corto yo. Lo que no puede ser que además de no consumir postre les cargue con un trabajo extra y pretender que sea gratis”, “Si han puesto cubiertos y platos para la tarta para 11 personas. Cobrar 2,5 euros por persona al menos no es descabellado”, señalan estos, explicando que el restaurante debe guardar la tarta en la cámara, emplatarla y dar ese servicio, y limpiar los platos y cubiertos, además de que dejan de vender un postre.
