Hay personas que son toda una inspiración. Kandy García, antigua abogada, lleva años dando la vuelta al mundo. Cuando se jubiló, se propuso cumplir este deseo que desde joven le había rondado la cabeza, y lo está cumpliendo con creces, viviendo ahora los mejores años de su vida. Y es que su experiencia en más de 80 países dan para mucho, contando en redes sociales todas las aventuras que está viviendo, cosechando gracias a ella más de 100.000 seguidores.
“Cuando te jubilas empiezas una nueva etapa, no terminas”, contaba Kandy el pasado año a ‘Noticias Cuatro’ a finales del año pasado, donde reveló para sorpresa de muchos que, el coste de esta vida viajera, es más asequible que estar viviendo asentada en España: “Yo fui abogada y tengo una paga bastante decente”, comenzaba, asegurando que “te gastas menos viajando de mochilera que viviendo de buena vida en España. Por 6 euros de mochilera yo puedo vivir un día entero en países asiáticos”.
Muchos también podrían preguntarse cómo, con los 90 años que tiene, puede aguantar ese ritmo de vida: “Claro que me canso. Pero prefiero cansarme que oxidarme. Llego cansada. Pero qué maravilla lo que he visto, lo que he vivido y lo enriquecida que vengo”, expone entusiasta, añadiendo que “la gente envejece cuando deja de tener proyectos” y ella tiene proyectos “que tendría que vivir 200 años para verlo realizados”.
Por ello, en la citada entrevista, afirmó que “no tengo tiempo de morirme”, porque “cuando te jubilas empiezas una nueva etapa, no terminas”.

“Yo siempre tengo prisa. Como ya tengo muchos años, me tengo que dar prisa”
Este 2025, Candy García volvió a ser entrevistada en ‘Futuro imperfecto’, de RTVE, donde explicó que seguía dando la vuelta al mundo. Ahora bien, desde que cumplió 80 años, ya no viaja sola, sino que lo hace en compañía de otras mujeres. Así se lo pidió su hijo, que ya estaba preocupado por su seguridad. El ritmo, eso sí, no ha parado para nada: “Yo siempre tengo prisa. Como ya tengo muchos años, me tengo que dar prisa”.
Al principio de todo, sí que eran solo su mochila y ella, con la que reconoce que hasta hablaba. Como cuando le pilló un monzón en India. Por aquel entonces, viajaba en autobuses públicos, y se subía a la parte de arriba porque dentro hacía mucho calor. “Cuando empezó a llover tan fuerte, los indios que iban conmigo se tiraron. Yo me quedé agarradita a la mochila, y lo que pase, que pase…”.
Afortunadamente, el tren logró frenar justo cuando se encontraba ya al borde de un río, lo que “hubiera sido fatal”. “Ahí me comencé a asustar un poco. Por la noche yo le dije a la mochila: ‘¿no te parece que ya está bien?’. Y mi mochila, que era muy comprensiva, decía: ‘Lo veo una tontería, total si esto no va a repetirse, y tú tienes que acabar la vuelta al mundo’”. Así que, efectivamente, su mochila y ella dieron la vuelta al mundo.

De entre todos los países que ha visitado, destaca Camboya, que alberga “una maravilla de paisajes”. Al igual que le marcó una experiencia que vivió en Australia. Kandy contó en el programa de Andreu Buenafuente que existen tres puntos energéticos en el planeta y, uno de ellos, está en Uluru, en Australia, donde van los aborígenes a cargarse de energía.
En ese punto, se ubica una montaña que cambia de color “y respira”. Es para lo que había ido esta jubilada a Australia, “no por las playas”. Cuando llego al lugar, vio como “llegaban los turistas y sin más”, mientras que ella vio a un aborigen observando. “Nos miramos, nos sonreímos y nos acercamos para hablar. Me dijo: ‘¿usted está buscando la montaña que habla?’ Le dije que sí”.
Así, la guió para que pudiera escuchar la montaña, para lo que estuvieron andando como unos 20 minutos hasta la parte opuesta. Allí, había un agujero “como con agua dentro”: “Cuando pongo el oído, y oigo… no pude creerlo. Yo me quedé atónita”, explicaba Kandy, quien añadió que piensa mucho en que, si hoy, a sus 90 años, sigue teniendo mucha energía, cree que es porque “me recargué de energía ahí”.

