Todos hemos soñado con ganar la lotería. También con qué cosas haríamos de ser millonarios: dar la vuelta al mundo, comprarnos un coche, construirnos la casa de nuestros sueños, ir a un tres estrellas Michelín… Suelen ser los sueños más comunes, pero no los de Helen y Lee Kuchczynski, ganadores de la Lotería Nacional de Reino Unido. Su historia, de principio a fin, es realmente insólita.
Imagina que estás tranquilamente en casa y recibes un correo donde se te informa que has ganado 4,2 millones en el Euromillones. ¿Podrías creértelo? Helen, en un primer momento, no. De hecho, creía que estaba ante una estafa, pues en el mensaje aparecía un enlace para iniciar sesión en una página secundaria. Un gancho sospechoso que le hizo desconfiar y llamar rápidamente a los organizadores del sorteo europeo.
Contra todo pronóstico, efectivamente había resultado ganadora. No podía creérselo y fue corriendo a llamar a su marido, Lee, que se encontraba trabajando: “¿Estás sentado?”. Esas fueron sus primeras palabras, como relata el medio local Daily Record, y tuvieron efecto en su pareja: él, que se encontraba de reparto con su camión, tuvo que parar a tomar un descanso para digerir la noticia.
“Lo primero que pensé fue en volver a casa, así que llamé a mi jefe y me cambió el turno para poder regresar", cuenta Lee. Su mujer, en cambio, sí que decidió terminar su jornada laboral, trabajando como administradora financiera de una ONG. ¿El motivo? No quería que su ausencia provocase un retraso de las tareas. Después, ya sí que empezó a darle vueltas al suculento premio. No puedes imaginarte lo primero que compró con el dinero.
“Uno caro, de 20 euros”: la primera compra de los Kuchczynski
Si hay algo que sorprende especialmente en la historia de los Kuchczynski es lo primero que compraron con los 4,2 millones de euros ganados (3.665.079 libras esterlinas). Él se compró un rascador de espalda, “uno caro, de 20 euros en vez de los sencillos de 9 euros”, mientras que ella optó por comprar dos bolsas de arena para sus gatos. Eso sí, con el paso del tiempo, sí que se han dado algún que otro capricho.
Ambos han decidido conservar sus puestos de trabajo, algo que reluce su estilo campechano, pero sí se han permitido vivir mejor. Más propio con lo que haríamos el resto de los mortales, se han comprado una casa nueva, después de pasar toda su vida de alquiler en alquiler, y también un coche de alta gama (un Audi RS4 Avant), con el que siempre había soñado Lee.
Más emotivo, el premio también mejorará la calidad de vida de este último: podrá operarse de una hernia que había retrasado durante varios años por el dinero que cuesta en su país esta intervención médica. Algunos ahorros también irán para su hija, para que pueda ir a una buena universidad. Con el resto del dinero, esperan no perder la cabeza: “Esperemos que como personas no cambiemos y continuemos cuidándonos”. Una familia humilde a la que no se le ha subido a la cabeza convertirse en millonarios.
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