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Esta es la mejor edad para jubilarse y ser feliz según la psicología

Caroline Lambert, psicóloga clínica y psicoanalista explica cual es la edad ideal de cada persona para jubilarse.

Dos jubilados
Dos jubilados |Pixabay
Francisco Miralles
Fecha de actualización:
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La jubilación es sin duda alguna uno de los momentos más esperados por muchos trabajadores, ya que ponen fin a una larga vida laboral para pasar a su retiro y empezar a cobrar la pensión. Sobre este tema hay una gran duda y es ¿Cuál es la mejor edad para jubilarse? Es decir, independientemente de la edad de jubilación de cada país, cuál sería el mejor para retirarnos y ser felices.

Sobre este tema ha hablado la psicóloga clínica y psicoanalista, Caroline Lambert, escritora también del libro Au risque de basculer (A riesgo de volcar) quien en una entrevista al medio Psychologies ha explicado cuál sería esa edad ideal para jubilarnos. Aunque muchos piensan que “cuánto antes mejor” la realidad es que no puede ser así, ya que como todo en esta vida “depende”.

Tal y como explica la psicóloga “no hay reglas, solo caminos individuales”, lo que nos hace ver y sobre todo replantear la jubilación como “un cambio vital profundo” más que como un trámite administrativo.

La edad de la felicidad para la jubilación

En España, la edad de jubilación esta fijada para 2026 en los 66 años y 10 meses, salvo que que se cuenten con 38 años y 3 meses cotizados en cuyo caso la edad se situará en los 65 años, tal y como lo regula la Ley 27/2011. Ahora bien, Caroline explica que esas cifras “no define el bienestar de nadie”.

La especialista explicó que hay que prestar atención a otros factores como la relación con el empleo, la salud física y emocional y la capacidad para soportar el estrés acumulado. “Si alguien es feliz en su trabajo y goza de buena salud, continuar trabajando puede ser muy deseable”, relata. Por el contrario, un puesto exigente o un entorno conflictivo “puede acelerar la necesidad de irse antes”.

Además, quiso insistir en que jubilarse “no significa desaparecer”. Explica, que las salidas graduales (reducciones de jornada, actividades comunitarias o voluntariado) ayudan a evitar “el famoso ‘¿y ahora qué?’”, porque permiten un cambio progresivo y menos abrupto. Estas opciones facilitan “una verdadera redefinición de la propia identidad”.

Lambert también explicó que la jubilación nos puede afectar según la estación del año en la que lo hagamos. Por ejemplo, jubilarse en invierno puede aumentar la sensación de “melancolía y vacío”, ya que los días cortos y la menor vida social influyen en el ánimo. En cambio, meses de verano como junio y julio ofrecen “una energía colectiva más favorable”, que suaviza la transición hacia un ritmo distinto.

La psicóloga también señaló que dejar de trabajar es como ser inferior o peder el estatus. Dice que en sus consultas se escucha la fras de “ahora no sirvo para nada”. Para evitar el aislamiento recomienda “estructurar los días” es decir, mantener contactos, hacer deporte, integrar el arte en la vida diaria o implicarse en asociaciones. Según explicó, todo lo que ayude a “conectarse con los demás y dar sentido a las cosas” resulta valioso en cualquier etapa.

Así y con todo lo explicado “no existe una edad ideal” pero a la vez, la edad ideal es el momento “en que mejor nos sintamos”. Por eso y para ella, la clave está en “planificar la transición con calma, elegir un buen momento del año y reforzar los vínculos sociales”, tres elementos que facilitan una jubilación más segura y satisfactoria.