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Encuentra una cartera, se la devuelve a la dueña y esta le invita a cenar a su restaurante, pero le hace pagar la cuenta de 80 euros

“Estábamos cansados, fue un descuido”, se excusó la familia dueña del restaurante, a quienes devolvieron la cartera.

Una cartera con 50 euros
Una cartera con 50 euros |Envato
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:
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Toda buena acción tiene su recompensa, o eso suelen decir, porque lo que le ocurrió a un joven de 15 años dio la vuelta al mundo debido a la indignación que producía el suceso. Todo comenzó en Riva del Garda (provincia de Trento, Italia), donde Davide, el mencionado joven, se encontraba de vacaciones con sus padres.

Al entrar en un barco, encontró una cartera con al menos 1.000 euros en efectivo, seis tarjetas de crédito y varios documentos de la propietaria. Este no dudó en devolverla y, con ayuda de sus padres y los Carabinieri (el cuerpo similar a la Guardia Civil en Italia), dieron con la propietaria, que era la dueña de un restaurante local, como recogió entonces el medio ‘La Repubblica’.

Así pues, el joven se la entregó finalmente a la mujer, quien le agradeció su buena acción, le dio una propina de 50 euros y le invitó a ir a cenar a su restaurante, junto a toda su familia. Estos aceptaron la invitación pero, tras la velada, se llevaron una desagradable sorpresa: le habían cobrado la cuenta. Así, lo que parecía una invitación de agradecimiento, se acabó convirtiendo en un desembolso de 80 euros, que fue lo que costó, con un descuento del 10%.

“Estábamos cansados, fue un descuido”

Los propios vecinos de la localidad, que se encontraban en el restaurante, se dieron cuenta del suceso, informando de ello a la prensa local. Tal fue el punto, que finalmente la mujer y su marido, propietarios del restaurante, tuvieron que salir a dar explicaciones.

“Cuando conocí al chico, lo primero que hice fue felicitarlo por su educación y, acto seguido, saqué 50 euros de mi cartera para dárselos en señal de agradecimiento. Luego los invité a venir a visitarnos al restaurante, y así lo hicieron unos días más tarde”, comienza relatando, reconociendo que “es cierto que les hicimos pagar la cuenta, aunque con un descuento, pero fue por error”.

El despiste, según la propietaria, se debió a la sobrecarga de trabajo que estaban enfrentando esos días: “En esta época se trabaja mucho y estábamos realmente muy cansados, ni siquiera nos dimos cuenta en la caja. Cuando se está cansado, se pueden cometer errores”, se defendía.

“Estábamos cansados, fue un descuido”, reiteraba. Por ello, quiso lanzarle una nueva invitación a Davide: “Quiero volver a dar las gracias a Davide y a su familia y hacerles saber que serán nuestros invitados, para comer y cenar si lo desean, la próxima vez que vuelvan a Riva”.